24 Febrero de 2017 11:43
Quienes estuvieron en las últimas semanas con el embajador de EE.UU, Martín Lousteau, lo ven indeciso, dubitativo como pocas veces. Detrás de un joven economista brillante también se esconde, acaso, un político que entró en una encrucijada complicada.
Es que en estos días Lousteau debe decidir su futuro político. En particular, si presentarse como candidato a diputado nacional por la Capital Federal, y enfrentar al macrismo, o esperar dos años más y volver a competir por la jefatura de Gobierno porteño en una primaria con el PRO. El dilema no es menor y supone una estrategia de futuro para el ex ministro de Economía K cuando salió la fatídica resolución 125.
En sus reuniones de los últimos días escuchó, una y otra vez, que si no juega este año tanto el presidente, Mauricio Macri, como Horacio Rodríguez Larreta, estarían dispuestos a abrirle una PASO para el 2019 y que pueda presentarse.
Con Larreta y Santilli en Uspallata, la sede del Gobierno porteño.
“Si decide jugar en 2017 va a tener que ser por afuera”, explicaron a BigBang en el PRO. “Pero sabe que el costo puede ser altísimo si no le va bien, además de lo difícil que será explicar que es oficialista como embajador pero opositor en la Ciudad”, agregaron.
"En 2015 fue con Lilita y con Graciela Ocaña, y en el ballottage sumó desde kirchneristas a socialistas, hoy ese esquema no existe, hay que ver cuántos puntos puede sacar solito", reflexiona una fuente macrista.
Sonrisas en campaña.
¿Qué le ofrecieron entonces? La reelección de su diputada nacional, Carla Carrizo, y tres lugares en la boleta de legisladores porteños. Y, obviamente, la chance de hacer campaña todos juntos.
No le será sencillo tampoco: en la Legislatura porteña la relación en el bloque radical es mediocre. El jefe del bloque, el radical Hernán Rossi, se ganó el malestar cotidiano de Natalia Fidel, la legisladora que responde al economista.
Si vamos todos juntos sacamos el 70%”, lanzó un Macri rápido de reflejos
Hace un mes y medio el tema se comenzó a esbozar en una cena, en el quincho de la residencia de Olivos, cuando, frente a la cúpula de la UCR (gobernadores y dirigentes), el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, planteó que aún no habían podido lograr armar Cambiemos en la Ciudad por la reticencia del radicalismo local y el propio Lousteau. Y que, en todo caso, si volvían a competir en 2017 sería una lucha política costosa e innecesaria.
“Si vamos todos juntos sacamos el 70%”, lanzó un Macri rápido de reflejos tras escuchar al “colorado”. Cuando le tocó hablar, el presidente de la UCR nacional, José Corral (intendente de Santa Fe) reconoció que, efectivamente, en Capital había un problema a resolver con sus correligionarios.
Presiones y temores
En este marco, a Lousteau lo aquejan dos preocupaciones. Por un lado, la real posibilidad de que Elisa Carrió sea candidata en la Ciudad. Todo se encamina, hoy, hacia este lugar: una candidatura de la chaqueña que permitiría aglutinar el voto de Cambiemos.
Carrió y Lousteau. Ella lo apoyó en 2015. Él hoy duda si enfrentarla.
Por ello, Larreta ya trabaja en una boleta común con la Coalición. El economista no está dispuesto a enfrentar a Lilita. De hecho, ella lo apoyó en 2015 (el candidato a vicejefe fue Fernando Sánchez, hombre de la diputada) pero luego siguieron caminos diversos a nivel nacional.
El histórico operador todoterreno, y principal accionista de Lousteau, Enrique Nosiglia presiona para que sea candidato y poder cosechar de su figura
Sin embargo, también sufre su propia interna: el histórico operador todoterreno, y principal accionista de Lousteau, Enrique “el Coti” Nosiglia presiona para que sea candidato y poder cosechar de su figura.
A él se le suma el ex jefe de Gabinete de la Alianza, el empresario Chrystian Colombo, socio y amigo del economista. También, en la misma línea, Emiliano Yacobitti, el dirigente radical multidenunciado en la UBA por el presunto uso de patotas, quiere que sea candidato y poder colocar (se) en la boleta.
Lousteau con el dirigente radical Emiliano Yacobitti.
Así las cosas, si decidiera jugar por afuera, deberá enfrentar a un candidato kirchnerista (Juan Cabandié o Mariano Recalde) y, al menos, un candidato de Sergio Massa (que seguramente será Felipe Solá). Con ellos dividirá el voto “opositor” en la Ciudad. Una parada difícil que hoy lo atemoriza.