El presidente Alberto Fernández dio a conocer el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con la serie de medidas que restringirán la movilidad a partir del viernes. Antes de sus anuncios y a diferencia de lo que sucedió en las últimas semanas, el jefe de Estado estaba decidido pagar el costo político de cualquier tipo de medidas impopulares.
Es que la postura de Fernández recientemente, y sobre todo después de las últimas medidas que se tomaron, era la de compartir el costo político de estas restricciones mediante el consenso. “El Gobierno tiene la responsabilidad de tomar decisiones para salvar vidas. Eso no es un costo político”, graficó uno de colaboradores más cercanos al jefe de Estado.
Por esto mismo, en la Casa Rosada se decidió, luego de que ayer no se logró un entendimiento entre la provincia de Buenos Aires y la Ciudad por el AMBA, en avanzar directamente. El famoso “toque de queda sanitario” es una de las cuestiones que entraron en el DNU como también la restricción de la actividad comercial en algunos sectores. Además el transporte público será sólo para trabajadores esenciales y del ámbito de la educación.
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Antes del reporte diario del Ministerio de salud, en Olivos ya se tenía la certeza de que el número de casos superaba los 22.000 contagios hoy. Por eso, Fernández decidió que las medidas debían entrar en vigencia lo antes posible. Finalmente, se decidió que comiencen el viernes 9.
Uno de los puntos clave tiene que ver con que si son recomendaciones o medidas de cumplimiento obligatorio y efectivo. "Eso va a depender de la última ronda con algunos gobernadores", explicaron. Ayer Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, estuvieron llamando a mandatarios provinciales desde las 18.
El punto más álgido eran los horarios de cierre. Santa Fe, Córdoba y la Ciudad buscaron evitar que se frene la actividad comercial. "Vamos a ir por otro lado, pero esperamos el DNU", habían remarcado desde el entorno de uno de los gobernadores.
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Si de ellos dependía, el cierre se hubiera realizado entre las 23 y las 5 o las 24 y las 06. Pero sin la prohibición de la circulación. "Hasta que les explota, como a Mendoza que hace 15 días quería abrir las fronteras con Chile y ahora desde el lunes tiene restricción nocturna y sanciones a quienes no la cumplan", agregó otro de los colaboradores del jefe de Estado. Finalmente, la restricción de movilidad nocturna es desde la medianoche hasta las 6.
En otro orden, a partir de las nuevas medidas, la Ciudad liberará el estacionamiento y dejarán de pasar las grúas de acarreo. Uno de los pocos funcionarios porteños que se refirió al pedido de cierre a las 22 fue el ministro Cultura, Enrique Avogadro. “Cerrar a las 22 horas es una herida de muerte para el sector”, afirmó. Finalmente, la actividad de bares y restaurantes será a partir de las 23.