por Gonzalo Prado
31 Mayo de 2020 17:23La situación en la provincia de Buenos Aires comienza a ser tema constante de charlas no sólo en Olivos, sino también en la Casa Rosada. Es que luego de que se reveló, tal como publicó BigBang, que la cantidad de testeos de coronavirus (Covid-19) llevados adelante por la administración de Axel Kicillof es baja, las quejas de varios intendentes -propios y ajenos- comenzaron a llegarle a Alberto Fernández.
La publicación de esas quejas, sobre todo por las medidas de control que lleva adelante la administración gubernamental, hicieron que el mandatario provincial saliera con los tapones de punta. “Otra operación política más en la tapa del diario La Nación de hoy, sembrando malestar y tratando de generar internas. Los mismos citados en la nota la desmienten. Una lástima que en lugar de informar se dediquen a confundir y generar miedo en medio de una pandemia”, sostuvo Kicillof.
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Sin embargo, incluso cuando se encargaron de “tirarle de las orejas” a los intendentes que critican la labor del gobernador bonaerense durante la pandemia, puertas adentro empiezan a causar impacto las críticas internas. En las últimas semanas, luego de que el propio ministro de Salud provincial, Daniel Gollán, “chicaneara” a la Ciudad sosteniendo en un tuit que era el “foco de contagio” del Covid-19 por la situación en las villas, la estadística le jugó una mala pesada.
Como consecuencia de la presión por ser la única provincia que no tenía -o no hacía público- su registro de la situación de casos de la pandemia, Kicillof mandó a Gollán a publicar las cifras. Al tercer día de que se conociera se supo, tal y como publicó BigBang, que el promedio de testeos es menos del la mitad para toda la Ciudad. En consecuencia, desde el 15 de mayo la administración provincial no informa cuántos test hizo en el día.
Casi en sintonía, Fernández anunció que el operativo Detectar comenzaba a registrar las villas de la provincia -hay 1.600, de las cuales casi 1.000 están en el conurbano-. Luego, ante los casos en Villa Azul (Quilmes) se decidió cerrar directamente la circulación en esa villa de emergencia para evitar la propagación del virus. “Todo esto mientras los funcionarios de Provincia salían a criticar en todos los canales”, recodó un alto funcionario nacional que tuvo que hacer de equilibrista para que la tensión no escale.
Lo que sucedió en Villa Azul terminó por confirmar lo que varios intendentes le remarcaron al Presidente sobre la situación del conurbano. Es que la decisión de Kicillof de no analizar a pacientes asintomáticos y no ir puerta por puerta en las villas no termina de ser entendida por algunos jefes comunales del conurbano, como tampoco por autoridades nacionales de Desarrollo Social que sostienen que es como tapar el Sol con la mano.
"Si se levanta la cuarentena, en quince días vamos a tener cadáveres apilándose en las calles, como pasó en Manaos o en Nueva York. Si no se detiene la tasa de crecimiento, ningún sistema de salud por más preparado que esté va a poder soportar el pico. Por ahora está bien y hay una reserva de camas muy grande, porque la enorme mayoría de los casos son leves", anticipó Gollán en declaraciones a la prensa.
El temor a la situación sanitaria, que profesa ahora el ministro bonaerense, no es menor. Es que el sistema sanitario de la provincia no alcanza para cubrir las necesidades. Cuatro de cada diez pacientes que se atienden en la Ciudad provienen del territorio bonaerense, según se desprende de los respectivos informes de la cartera nacional de Salud.
Por eso es que Fernández busca evitar mayores tensiones con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con quien admite que se siente más cómodo a la hora de llevar adelante políticas en conjunto. “Fernández hace lo que siempre hizo Kirchner, te putea en público pero te pide arreglar en privado. Eso de Nación se tiene un poco más de paciencia, si viene desde la Provincia no”, remarcó uno de los principales colaboradores del alcalde porteño.
A lo que apunta es que Rodríguez Larreta puede llegar a tolerar que el Presidente critique abiertamente a la ex gobernadora María Eugenia Vidal en este momento y hasta puede llegar a salir al cruce como sucedió la semana pasada. No así con Kicillof.
Pero la disputa tiene oro foco que es el que más preocupación genera, por estas horas, en la Ciudad. La composición del Frente de Todos hace que el kirchnerismo, según se evidenció en la situación en la ANSES y en Servicio Penitenciario Federal, y en especial La Cámpora, busquen aumentar su peso específico dentro del oficialismo en la toma de poder.