por Fabian Waldman
27 Marzo de 2023 09:18
A horas de la llegada del presidente Alberto Fernández a los Estados Unidos para su reunión con su par Joseph Biden, el embajador Jorge Argüello dialogó con BigBang y repasó la agenda de la cumbre en la Casa Blanca, el temario que llevará el primer mandatario argentino y recordó los motivos detrás del postergado encuentro.
Actual Sherpa en el G20 (delegado en ese foro multilateral como representante argentino), conoce en profundidad la diplomacia de los EEUU. Argüello fue representante de nuestro país en las Naciones Unidas entre 2007 y 2011, luego designado en la embajada norteamericana entre 2011 y 2015 para retomar el cargo en 2019 hasta la fecha.
En la entrevista, Argüello destacó que la pelea por los recursos naturales de América Latina entre EEUU y China es una extensión de lo que sucede a nivel global y debemos “mantener relaciones razonables y soberanas tanto con China como con EEUU”.
También, refiriéndose a la relación entre Fernández y Biden enumeró las causales que provocaron la demora del encuentro que había sido anunciado para julio del año pasado. Al mismo tiempo, destacó “que el encuentro es un mensale en sí mismo y habla a las claras del nivel de confianza y de la positiva agenda que une a nuestros países”. En otro orden de cosas anticipó que será siimilar a la realizada en tiempo por Luis Inacio Lula Da Silva.
El Gobierno argentino aguardaba la confirmación oficial del de EEUU para hacer pública la visita oficial y esto aconteció el sábado por la tarde. A su regreso de Canadá, donde se reunió con Justin Trudeau, fue anunciado el encuentro a través de un documento emitido por la Casa Blanca. Será el próximo miércoles 29 en el Salón Oval.
Fue difundido por la portavoz Karine Jean-Pierre y en el mimso detalla que los líderes celebrarán los 200 años de relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Argentina y reiterarán la fortaleza de la asociación entre Estados Unidos y Argentina. Dialogarán Estados Unidos y Argentina como continuar asociándose para abordar los desafíos globales y continuar avanzando en áreas de interés nacional mutuo, incluidos los minerales críticos, el cambio climático, el espacio y la tecnología. También conversarán sobre la cooperación económica, así como sus valores compartidos de inclusión, democracia y protección de los derechos humanos.
El mandatario argentino completará de esta manera sus encuentros con líderes mundiales en un momento crítico de la economía nacional. Las negociaciones con el FMI entabladas con el ministro Sergio Massa -quien se sumará a la delegación en Washington-, tanto en noviembre pasado Bali, como en otros foros con Kristalina Giorgeva -la titular del organismo- no han alcanzado la efectividad deseada por nuestro país.
Los estadosunidos tienen en el FMI un peso considerable considerable y Fernández volverá a exponer la necesidad de reducir los intereses generados por el préstamo otorgado a la gestión de Mauricio Macri. Además, insistirá con la posibilidad de acceder los Derechos Especiales de Giro, que son los dividendos que reparte el FMI entre sus asociados. No faltará tampoco en el diálogo la necesidad de financiamiento para los proyectos nacionales de explotación hidrocarburífera, del litio y el hecho de ser un país confiable en provisión de alimentos.
Fuentes cercanas a la Cancillería argentina hicieron saber a este portal que además, el primer mandatario abordará temas que irán desde Ucrania, a la sequía y “tratarán de sacarle todo el jugo posible a la cita”.
-EEUU jugó un papel decisivo en Latinoaemrica durante los setentas, ¿como lo ve hoy a 47 años del golpe de Estado y 40 años de Democracia?
Se impone una consigna que uniifca a toda la región. Y esa consigna es Nunca Más. Hace 47 años empeza que ha sido superada, no con poca dificultad, pero ha sido superada. Yo estoy seguro que ciertamente Nunca Más volverán ocurrir episodios como aquel lamentable Golpe de Estado de 1976.
-Un mes atrás se conoció a través de las redes de la Generala del Comando Sur de los EEUU, Laura Richardson, un video en el que hablaba claramente de una guerra geopolítica con China y con Rusia...
Bueno, pero allí hay un dato de la realidad que no deberíamos dejar de ver. El vínculo bilateral más importante del planeta es el que definen Washington y Beijing. Compiten en todos los tableros del mundo por la supremacía y esto necesariamente implica cometenecias por los recursos también. Cada uno de los contendientes quiere controlar la mayor cantidad de recursos naturales que sea posible. Por eso, desde nuestra perspectiva, desde la perspectiva nacional y regional, tenemos que soberanamente tomar las decisiones.
Lo que más le conviene a la Argentina no es achicar los vínculos, sino multiplicarlos. Mantener relaciones razonables y soberanas, tanto con China, como con Estados Unidos. Y hay que tener en claro que esas dos potencias compiten entre sí y que el escenario de la competencia es el resto del mundo. Por lo tanto, me parece que debemos mantener nuestro esquema de relaciones con las dos potencias, con la misma firmeza con la que que venimos trabajando.
-¿Cuáles son las expectativas para el encuentro entre ambos mandatarios que se fue posponiendo por diversos motivos?
Hagamos un poquito de historia. Esto comienza con un contacto a la embajada de la Casa Blanca, planteándome que el presidente Biden quería mantener una conversación telefónica con el presidente Fernández. Armamos la comunicación, Biden lo llamó a Fernéndez. Efectivamente lo encontró en la Casa Rosada y le dijo: "Presidente, usted y yo tenemos coincidencias sobre algunos de los asuntos principales de la agenda global. Por lo tanto, yo lo llamo para proponerle algo. Quiero invitarlo a que venga a Washington y que tengamos una reunión de trabajo los dos en la Casa Blanca".
Obviamente, Alberto Fernández aceptó y nos pusimos a trabajar en la definición de la fecha, que se puso para hacer en julio del año pasado. En la víspera del día de la reunión, cuando yo ya tenía en Washington las avanzadas de seguridad y de protocolo del Presidente, la noche previa recibí un llamado de la Casa Blanca en el que me informaron que lamentablemente el predisente Biden había contraído Covid y que se cancelaba toda la agenda por diez días al menos.
Es por eso que avisé rápidamente a Buenos Aires para que no despegara el avión del presidente. Fijamos una nueva fecha unas semanas después, con la mala suerte de que Biden volvió a contraer el virus. De manera que se canceló la cita nuevamente. Después, entró en la carrera electoral, vinieron las elecciones de medio término en Estados Unidos de noviembre, viajó a Ucrania y luego otras cuestiones que tenemos que considerar.
La agenda de Biden es lenta en materia internacional, no sólo por lo que pasa en el mundo, sino por la situación política doméstica. Tenga presente que hoy Biden está en Canadá. Pero ha viajado por primera vez a Canadá, que es su aliado junto a México en el acuerdo de América del Norte, luego de dos años y pico de gestión. Y estuvo en México en un viaje de cuatro horas hace un par de meses también por primera vez.
Entonces, esta visita habla a las clasas de la buena sintonía y el vínculo positivo que hemos venido manteniendo en los últimos años entre Buenos Aires y Washington. ¿Por qué? Porque son muy pocos los presidentes que son invitados por Biden a la Casa Blanca a mantener una visita bilateral. Estuvo el presidente Lula a poco de asumir y esa visita va a ser de las mismas características que va a tener Fernández. Estuvo motivada y apurada, pues Lula acababa de salir de una situación crítica, muy parecida a la vivida en los Estados Unidos cuando aquel seis de enero del 2019 se trató de tomar el Congreso. Lula salía de una situación en la que se intentaron tomar las sedes de los tres poderes en Brasilia. Eso precipitó una reunión, que para mí también tiene un gesto.
-¿Cómo debemos leer la reunión de Biden con Fernéndez? ¿Cuáles son los temas centrales que considerarán?
Este fin de semana estaremos trabajando con la Casa Blanca definiendo el temario que van a abordar los presidentes y estamos explorando la posibilidad de una declaración conjunta. Hay que esperar que los presidentes se reúnan y hablen.
