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Política

Las bolsas mortuorias con las que Patricia Bullrich y Macri le cantaron truco a Larreta: la interna de JxC

La campaña se picó y desde el ala dura de la oposición buscan "agitar la grieta". El silencio de Vidal, Santilli y las "palomas" a la espera de la definición del jefe de Gobierno porteño.

28 Febrero de 2021 15:14
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"Barbarie". Ese fue el término empleado por Alberto Fernández para repudiar y denunciar la colocación de bolsas mortuorias con nombres de funcionarios y personalidades vinculadas al Gobierno en la puerta de Casa Rosada durante la marcha opositora que tuvo lugar el sábado por la tarde. Desde la oposición no hubo ningún cuestionamiento al macabro mensaje, aunque tampoco se atribuyeron la "activación creativa" que llevó adelante Jóvenes republicanos, una agrupación que responde al ala más dura de Juntos por el Cambio y a Patricia Bullrich.

Bullrich no se atribuyó la autoría del mensaje, pero capitalizó su leve repudio en una crítica al presidente. "Lo de las bolas me pareció mucho, pero primero que el presidente eche a todos los funcionarios que fueron aquellos que provocaron este vacunatorio VIP", esquivó al momento de ser consultada por el tema. "No tuvo indignación por la vacunación vip y tiene indignación por algo que a mí no me gustó", fue el tibio repudio de la presidenta del PRO, quien no sólo arengó la marcha opositora, sino que se convirtió en uno de los rostros visibles de la jornada.

El #27F y las bolsas mortuorias en la puerta de Casa Rosada: el repudio de Fernández y la "emoción" de Macri

Jóvenes republicanos es la agrupación del núcleo duro del PRO que responde a Bullrich y que se encargó de llevar adelante la macabra instalación. "Necesitábamos demostrar de una forma llamativa lo que fue el vacunatorio vip. Fue un simbolismo para que la sociedad comprenda que lo que se hizo es muy grave, de una forma muy fuerte. Las críticas son mínimas y vienen del kirchnerismo y de parte de la oposición que quiere quedar bien con Dios y con el diablo", aclaró Ulises Chaparro en diálogo con el diario La Nación, al tiempo que aclaró que Bullrich no estaba "enterada" de lo que iban a montar.

Las imágenes de los cuerpos colgando de las rejas de Balcarce fue noticia tanto en la Argentina, como en el resto del mundo. Sin embargo, los referentes de la oposición articularon distintas respuestas en las que no repudiaron la macabra instalación. Martín Lousteau fue uno de los primeros en hacerse eco del tweet con el que el presidente cuestionó la instalación. El senador la calificó de "despreciable forma de protesta", pero convirtió la lavada autocrítica en un ataque: "Presidente, somos muchos los que repudiamos esa despreciable forma de protesta. También somos muchos los que esperamos que pida perdón por el pésimo manejo de las vacunas. Y somos muchos más los que pedimos que sean públicos los registros de todos los vacunados en el país".

Cristian Ritondo, quien acompañó a Bullrich en Plaza de Mayo, optó por no hacer referencia alguna a la instalación y en cambio denunció los incidentes que tuvieron lugar en los alrededores de la residencia de Olivos. "Repudio el violento accionar frente a la Quinta de Olivos de sectores afines al Gobierno, contra ciudadanos que en forma pacífica se manifestaban exigiendo transparencia en el proceso de vacunación. Como demostraron con el vacunatorio VIP, se creen dueños de lo público". 

En línea con la bajada del presidente del bloque PRO en diputados, Waldo Wolff no sólo no repudió la instalación, sino que anticipó que presentará una denuncia por los incidentes en Olivos. "El que sepa, pase el nombre de quienes agredieron al jubilado en Olivos. Si mañana no interviene un fiscal de oficio, presentaremos la denuncia"; aseguró, al tiempo que reforzó al tiempo que calificó de "psicópatas" a los "familiares de desaparecidos" que reclamaron por Santiago Maldonado. "Familiares de desaparecidos le inventaron a sabiendas un desaparecido a Patricia Bullrich guionando a un falso mapuche con binoculares y la llaman monstruo. Psicópatas".

Familiares de desaparecidos le inventaron a sabiendas un desaparecido a Patricia Bullrich guionando a un falso mapuche con binoculares y la llaman monstruo. Psicópatas"

El sugerente silencio de María Eugenia Vidal y Diego Santilli no pasó inadvertido. El ala que pretende presentarse como "dialoguista" de la oposición se encuentra ahora en una encrucijada: apoyar la instalación implica romper con el mensaje de oposición constructiva -y perder así al electorado 'medio' que buscan capitalizar en las elecciones-, mientras que repudiarlo significará un ataque directo a Bullrich y Macri, quien se mostró "emocionado" por las imágenes de la Plaza de Mayo.

En criollo: el núcleo duro del PRO considera que todavía conserva un 30 por ciento de votos y es por eso que sale a "marcarle la cancha" a las denominadas "palomas", que podrían aportar -en caso de que se replique el modelo de apoyo de Horacio Rodríguez Larreta a Elisa Carrió en las elecciones del 2017- un adicional de votos "medios" con los cuales una posible candidatura de Bullrich en la Ciudad culminaría con una arrasadora elección que desde el Frente de Todos ya anticipan como perdida.

Mientras que en el Gobierno nacional consideran que el "mapa de legislativas" será muy similar al del 2019, la "batalla por la Ciudad" queda ahora reducida a la interna de Juntos por el Cambio. Un dato no menor: el avance del peronismo en territorio bonaerense fue una alarma para el ala dura del PRO; que le adjudica la peleada pulseada electoral del 2019 al "mensaje de diálogo" que profesa parte de la coalición electoral y que incluso cuestionó el acercamiento de Larreta al presidente y a Axel Kicillof durante la administración de la pandemia.

Los ojos ahora están puestos sobre el jefe de Gobierno porteño, quien regresará hoy al país tras sus vacaciones familiares en Brasil. Mañana deberá dar su discurso de apertura de sesiones ordinarias y cualquier mención u omisión al escándalo político que desató la intervención en las puertas de Balcarce será interpretada por propios y ajenos. La interna entre "palomas" y "halcones" condiciona a Larreta, cuyas ambiciones presidenciales ya son explícitas. De ahí el silencio de Vidal y Santilli, al que también se plegaron figuras como Emilio Monzó y Rogelio Frigerio.