Una hora después de que Alberto Fernández anunciara por cadena nacional el comienzo de un nuevo aislamiento sanitario a nivel nacional, Horacio Rodríguez Larreta brindó una conferencia de prensa en la que sentó la posición del gobierno de la Ciudad: se acatarán todas las disposiciones de Nación, aunque no habrá clases virtuales. El jefe de Gobierno porteño concedió el cierre de las escuelas después de que los contagios se incrementaran en más del mil por ciento desde marzo, pero los chicos deberán recuperar del 20 al 22 de diciembre.
A diferencia del tono empleado con el presidente, que insistió en el relajamiento social que se evidencia a lo largo y a lo ancho del país, Larreta procuró mostrarse más condescendiente con la población y destacó en más de una oportunidad que agradece el esfuerzo de la sociedad. Sin embargo, fue el mismo Larreta quien citó cifras de reportes en los que confirmó que los contagios se están produciendo "a puertas cerradas", en especial durante los encuentros con amigos o familiares en los que se tiende a relajar el cuidado.
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Aunque insistió en que la sociedad argentina "cumple con las medidas de cuidado y hace un esfuerzo enorme desde hace más de un año", Larreta no apeló sólo a la responsabilidad individual como es habitual, sino que advirtió que el Gobierno porteño instó a los 40 mil consorcios de la Ciudad a extremar los controles (en especial para evitar el uso de áreas comunes o la presencia de personas que no vivan en el edificio), al tiempo que recordó que se podrá denunciar por teléfono cualquier incumplimiento de las medidas y anunció que cinco mil colaboradores recorrerán edificio por edificio para controlar la aplicación de las medidas.
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En línea con la lectura política, Larreta también esquivó las balas en torno al costo político del cierre de actividades como la construcción y la industria. "En ese caso, la Ciudad acatará lo que reglamente Nación a través del Decreto de Necesidad y Urgencia", esquivó el jefe de Gobierno porteño, al tiempo que destacó que los locales que no son considerados esenciales podrán mantener sus puertas abiertas, aunque tendrán prohibido atender en el interior y sólo se permitirá la entrega de productos desde la vereda.
A diferencia del Gobierno nacional, que aprovechó la cadena nacional para anunciar nuevas líneas de asistencia a los sectores más golpeados por los cierres; Larreta no hará un desembolso presupuestario para ayudar a los comerciantes y a las empresas y pymes que verán perjudicadas su actividad.