por Gonzalo Prado
13 Marzo de 2021 08:29El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, transita algunas de las horas más complicadas desde que asumió el cargo en diciembre de 2015. Los errores con la vacunación para personas mayores de 80 años, con las imágenes que mostraban el hacinamiento y la falta de medidas de cuidado sanitario en el Luna Park y en la “cancha” de San Lorenzo, se sumó a la falta de explicaciones por su viaje a Buzios en un vuelo privado.
Habitué de medir cada uno de sus pasos, cerca de Rodríguez Larreta, había empezado la semana con su estrategia de confrontación administrada para evitar que dentro de Juntos por el Cambio la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, se quede con las aspiraciones presidenciales que tiene el alcalde porteño en 2023.
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Por primera vez, Larreta sintió que le entraron las balas. La clave de esto fue que tuvo que suspender su visita al vacunatorio que se había montado en el Luna Park ante las críticas que podía cosechar en el lugar. Ni siquiera con la primera tragedia que le tocó administrar como jefe de Gobierno, y que fue la muerte por sobredosis de cinco jóvenes en la fiesta Time Warp que se había habilitado faltando un par de horas para su inicio, lo tuvo lejos del lugar.
En ese entonces, Larreta estaba en un viaje diplomático que tenía una conexión en Brasil. Inmediatamente cambio de destino, retornó a Buenos Aires, escapó de las cámaras pero estuvo presente durante las horas críticas de la tragedia que después derivo en la investigación sobre funcionarios de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) que hacían la vista gorda para acrecentar su patrimonio.
Sin la contemplación de hacer cambios en su Gabinete, y con el respaldo interno y externo que le dio al ministro de Salud, Fernán Quirós, el alcalde porteño comprendió que el rebote mediático que tuvo el escándalo del lunes no sólo se debió a que se trató de una falta de preparación por parte del Ejecutivo, sino también que vio por primera vez lo que es el fuego de la Casa Rosada para amplificar los errores de los rivales. “No nos puede volver a pasar”, graficó.
Si bien en ningún momento pensó en sacar funcionarios de su entorno, poco a poco empieza a notar que algunas clavijas necesitan ajustarse. La lista de errores no forzados por parte de los funcionarios, algunos incluso muy cercanos a él, empieza a engrosarse. En ese contexto también sus planes electorales pueden cambiar.
Por ejemplo, quien salió a su auxilio en la primera aparición mediática fue el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli. Él no quiere ser candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires en las próximas elecciones legislativas, aspira sí a consolidar su figura como 2 de la gestión, vocero de la Ciudad y armador político.
En esa lógica, y con el temor de Bullrich de fondo, Larreta mandó a su ministro de Salud, a quien sondea hace tiempo como candidato, a mantener una imagen cuidada. Salidas por teléfono, explicación, cercanía. Poco a poco, Quirós se convierte en uno de los pocos funcionarios que plantea ciertas dudas que tiene para con la gestión. ¿Santilli ya no está solo entre los “No, Horacio”?
Otra de las cosas que el jefe de Gobierno no dejó escapar es la defensa que recibió. A comparación de lo que fue la decisión de avanzar con el regreso de las clases presenciales, esta vez casi que no contó con apoyo de otros sectores de Juntos por el Cambio. "En las buenas, todos; mientras que en las malas estamos solos", ¿será el mantra que se repetirá en los próximos tres años de cara a 2023?
Mientras tanto, en ese espectro que considera que no tiene que tener nada entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, hoy se lanzará una nueva agrupación en la Ciudad con muchos tintes de la génesis del PRO.
Se llama “100 Barrios” y está compuesto por un grupo de vecinos de los distintos barrios de la Ciudad que, según explican, “buscan una sociedad justa, igualitaria, inclusiva, y que todas las personas puedan desarrollarse y dignificarse. Entendemos que para lograrlo tenemos que formar parte de las decisiones”.
Con el factor común de ser egresados de la Universidad de Buenos Aires, empezaron durante el año pasado con actividades sociales vinculadas a la asistencia alimentaria, más algún dispositivo de salud, para los más necesitados.
“Creemos que esa necesidad compartida de aportar y ese compromiso para con la sociedad, sostenido en el tiempo puede cambiar la realidad en la que vivimos, y es por eso que decidimos agruparnos”, agregaron ante la consulta de este medio.