La Lotería Nacional le clausuró a Cristóbal López más de 180 máquinas tragamonedas en los casinos de Puerto Madero y el Hipódromo. Se trata de un nuevo capítulo en el enfrentamiento entre el Gobierno y el empresario del juego, que controla ese tipo de máquinas en Capital Federal. Incluso, avanzarían en una denuncia penal contra ex funcionarios de Lotería por la falta de controles. El objetivo es confirmar si efectivamente hubo o no evasión impositiva.
La ofensiva del macrismo a López comenzó por el seis por ciento de las máquinas tragamonedas que hay en la Ciudad. Los operativos comenzaron tiempo atrás, a principios del año, cuando la Lotería Nacional abrió una licitación para auditar la fiscalización de las máquinas de monedas. De este modo, buscaban investigar a fondo las máquinas para saber si hubo evasión impositiva y otras irregularidades.
"Fuerza de servicio". Ese era el mensaje, acompañado de una faja de clausura debajo.
En la serie de inspecciones llevadas a cabo se clausuraron 182 de las casi seis mil máquinas tragamonedas porteñas. Había un total de 400 que eran investigadas y analizadas desde febrero. Una de las irregularidades más graves es la falta de un chip que debía controlar la recaudación de cada máquina.
En los últimos días, alrededor de 15 inspectores de la Lotería visitaron la sala de juegos del Hipódromo y de los dos barcos flotantes de Puerto Madero, según publicó Clarín. En las visitas, hallaron máquinas sin certificados del fabricante, ni de un laboratorio reconocido internacionalmente, dos de los requisitos obligatorios para garantizar que sean seguras y que no hacen trampa. Como los papeles no aparecieron, se procedió a la clausura.
Entre las irregularidades, encontraron el faltante de un chip clave para saber cuál era la recaudación.
La ausencia del chip es uno de los episodios más graves, ya que se trata del método por el cual la Lotería puede controlar cuál era la recaudación de cada máquina y de ese modo evitar evasión impositiva. Pero también se encontraron con que varias de las máquinas tragamonedas no contaban con el sistema UPS, que permite mantenerlas activas al menos 15 minutos en caso de que se corte la luz.
Por todas las irregularidades, el Gobierno no descarta en avanzar en una denuncia penal contra ex funcionarios de la Lotería Nacional que debieron realizar controles y no lo hicieron. Ese organismo estaba controlado hasta el recambio presidencial por Roberto Armando López, un hombre que sería muy cercano a Cristóbal. De hecho, uno de los problemas, según explicaron desde la Lotería, es que, como nunca se había realizado una fiscalización nunca se hallaron irregularidades, por lo tanto, López no tiene antecedentes de infracciones en este sentido.
El cuerpo de inspectores de la Lotería Nacional comenzó los operativos varias semanas atrás.
Pero además, en el Gobierno no descartaban una demanda penal por evasión, que podría sumarse al dinero que debería pagar por las irregularidades impositivas con las máquinas: ocurre que como nunca se supo cuánto se recaudó, tampoco se supo con exactitud cuándo debían aportar los operadores a la Lotería Nacional.
En el millonario negocio de las máquinas tragamonedas, Cristóbal, uno de los empresarios más allegados al kirchnerismo, comparte la sociedad con la empresa CIRSA, en el caso del casino flotante de Puerto Madero; y con Federico de Achával en las máquinas del Hipódromo de Palermo.