Su relación siempre fue equidistante e inclusive en algún tramo de sus carreras políticas el vínculo se transformó en lejano, distante. Pero hoy se necesitan. Uno para continuar sumando votos de cara al ballottage; y el otro porque de la victoria de Cambiemos podría depender su futuro político. Mauricio Macri y José Manuel de la Sota comenzaron a dialogar hace unos días para intentar sellar un acuerdo que parece tener un objetivo en común: ganar la segunda vuelta.
Lejos de las diferencias del pasado, Macri y De La Sota retomaron el diálogo.
“Estoy tan lejos de Macri como de los Kirchner”, lanzó el gobernador de la provincia de Córdoba en mayo pasado, meses antes de perder la interna del frente Unión por Una Nueva Argentina en manos del ex candidato presidencial Sergio Massa.
Sin embargo parecen haber llegado aires de cambio para De La Sota, quien está dispuesto a negociar condiciones con un candidato que también sabe de su importancia, no sólo para imponerse el 22 de noviembre, sino para garantizar la gobernabilidad y sumar el apoyo de una de las Provincias más importantes del país.
El líder del PRO intenta cerrar acuerdos con todos los massistas posibles, ya que sabe que llegar a un acuerdo con el propio Sergio Massa resulta una empresa compleja y que, a días del ballottage, parece difícil de alcanzar. Sin embargo, para llegar a buena parte de los votantes del ex intendente de Tigre, Macri entendió que el puente para hacerlo es el gobernador de Córdoba.
Macri quiere cerrar con massistas a través del gobernador de la provincia de Córdoba.
Para tentar a De La Sota, en el búnker amarillo tendrían preparada una jugosa oferta: la Cancillería. En el PRO interpretan que el cordobés podría ejercer muy bien el cargo debido a su alto conocimiento del Mercosur y en especial de Brasil, socio económico fundamental para el armado financiero de Macri en su eventual Gobierno. Aún no hubo un ofrecimiento formal aunque el macrismo quiere incorporar, además, gente del entorno del gobernador cordobés.
De La Sota tiene fuertes vínculos con el ex presidente de Brasil, Lula y Dilma.
Por otra parte, incorporar al socio de Massa demostraría una interesante apertura de Cambiemos para el peronismo, que podría ser interpretado como un buen gesto hacia un partido que en caso de que Macri llegue a la Rosada, se reconvertirá y renovará buena parte de su clase dirigencial y hacía allí apuntan sus cañones en el PRO: atraer diputados y senadores que garanticen la gobernabilidad de la gestión.
De La Sota se convirtió en una alternativa, ante el difícil acuerdo entre Macri y Massa.
Negociación
En el entorno del gobernador cordobés comprenden que los números hablan por sí solos. En Córdoba, Macri obtuvo más del 50 por ciento de los votos y Cambiemos ganó intendencias y localidades importantes del territorio cordobés, además de salir segundo en la elección a gobernador.
Por caso, Eduardo “el Gato” Romero que obtuvo por amplio margen las elecciones municipales de Villa Allende. La estrategia de Macri es mantenerse cercano a un electorado que le brindó un fuerte respaldo el 25 de octubre.
Felicitaciones a la gente de Talleres por el ascenso!
- Mauricio Macri (@mauriciomacri)
En esa línea, De La Sota, alejado del kirchnerismo, cree que su margen de negociación se resume al macrismo y que con el jefe de Gobierno porteño la posibilidad de discutir temas excluidos de la agenda del actual Gobierno de Cristina Kirchner es una realidad. Además, el dirigente cercano a Massa quiere garantizarle tranquilidad a Juan Schiaretti, el gobernador electo de su provincia, de cara a lo que viene.
De La Sota negocia tranquilidad para el gobierno de Schiaretti, el hombre que conducirá Córdoba.
En los últimos años no fueron muchas las fotos que ambos dirigentes se tomaron juntos. La más recordada, tal vez, la imagen de ambos en el estadio Mario Alberto Kempes, en 2012, cuando la Selección enfrentó a Paraguay en 2012.
Por aquellos años era el armador político Emilio Monzó, quien dialogaba con Oscar González, el entonces jefe de Gabinete de De La Sota, aunque las diferencias no permitieron acercar posiciones pese a que nunca se perdió el diálogo. Sin embargo, el acuerdo entre los radicales y Macri de cara a las elecciones nacionales provocaron un punto de inflexión. Allí Macri se peleó con Schiaretti y la relación con De La Sota empeoró. Hoy el vínculo es otro.
De La Sota, Macri y Del Sel, en el mundialista de Córdoba. Un saludo tras el partido de la Selección.
El jefe de Gobierno porteño le prometió a De La Sota y al gobernador electo de la Provincia que analizará los fondos que recibe la Provincia en concepto de coparticipación, punto excluyente y vital para un distrito que llevó su reclama hasta los más altos estamentos de la Justicia: la Corte Suprema.
Además, analizará la inyección de dinero que Córdoba necesita para hacer frente a los pagos de salarios y renegociar la deuda con la Nación, que oscila en los $12.000 millones.
El gobernador de Córdoba dio por tierra con la posibilidad de apoyar a Scioli.
Fueron estos temas, los que llevaron a De La Sota a declinar el ofrecimiento de Daniel Scioli (quien le habría ofrecido el ministerio de Relaciones Exteriores) para alinearse con el oficialismo de cara a la segunda vuelta. El gobernador está enojado con el kirchnerismo y cree que la gestión K mantuvo una político discriminatoria para con los cordobeses. De La Sota culpa a CFK de haber dejado la Policía, y por la importante deuda de la caja de jubilaciones que mantiene la Provincia.
A pesar de sus diferencias, el escenario electoral en el país los obliga a dejar de lado los cuestionamientos y las viejas consideraciones para dar lugar a un acuerdo que puede beneficiar a ambos. Objetivos distintos, aunque una misma finalidad. Destronar al kirchnerismo.