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Política

Las razones de la visita de Alberto a Milagro Sala: críticas a la Justicia, la pasividad del Gobierno y el acto de CFK

El presidente de la Nación cambió su agenda sobre la marcha y viajó a Jujuy, donde está internada la líder de la Tupac Amaru.

29 Junio de 2022 14:15
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Todo cambió en media hora. Cerca de las 8.30 de la mañana, la agenda del presidente Alberto Fernández ya estaba cerrada. Un encuentro con el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, en  el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias de Ciudad Universitaria (UBA) para la entrega de nuevo equipamiento para el mediodía y múltiples reuniones en su despacho de la Casa Rosada, tras el encuentro de Gabinete de ministros y ministras. Nada de eso sucedió.

 

A las 9 sonaron las alarmas para el equipo de asistentes de Alberto: “Se va a Jujuy”. El jefe de Estado suspendió su agenda completa, se subió a un avión y viajó al norte del país para visitar a la dirigente social Milagro Sala, quien se encuentra internada desde hace varias semanas por los diversos problemas de salud que sufre después de tantos años de prisión por las diversas causas que debe enfrentar en la Justicia. 

 

¿Qué motivos hicieron que el mandatario se dirija, casi de improvisto, a Jujuy para cerrar un encuentro con la lider de la Tupac Amaru? Muchos. En ellos hay una alta cuota de críticas a la Justicia, quien apunta contra Sala desde 2016 a través de decenas de causas, que todavía no tienen condena pero si una prisión preventiva que parece no tener fin y es, sin dudas, adrede. 

 

Pero las otras razones por las que el presidente realizó esta llamativa acción fue una suerte de autocrítica a su propio gobierno, que no hizo prácticamente nada por Sala, y también porque en menos de 72 horas, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner participará de un acto. Y ya se sabe que cuando ella habla, salen a la luz las profundas e irreconciliables diferencias del Frente de Todos en materia de política económica, laboral y social. 

El primer paso

 

Ayer, desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación se emitió un comunicado tanto a la Corte Suprema de Justicia de la Nación como a las autoridades judiciales de Jujuy para reclamar por la persecución hacia la dirigente social. "Esperamos que se dispongan las acciones necesarias para frenar el hostigamiento contra Milagro Sala, privada de su libertad de manera arbitraria desde 2016, y se dé cumplimiento a las medidas de protección dispuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos", afirmaron en su publicación.

 

Para ese entonces, los planes de Alberto no tenían como destino Jujuy. Horas después, arribó desde Múnich, Alemania, adonde participó del G7 y tomó conocimientos de la movida de Cristina, quien participaría de un acto en Ensenada, territorio de Mario Secco. El acto estaba previsto para el viernes a las 17. Pero a esa misma hora, el presidente hablaría en el acto organizado por la CGT. Entonces, CFK decidió postergarlo y que se realizará 24 horas después. 

Inesperadamente, las internas del Gobierno volvieron a verse expuestas. Y el presidente no iba a hablar primero en la CGT para luego escuchar las críticas de la vicepresidenta 24 horas después. Así fue que eligió contraatacar donde más le duele al kirchnerismo duro: en los Derechos Humanos y, por supuesto, en la figura de Milagro Sala. 

 

Durante los duros años del gobierno de Mauricio Macri, desde el sector vinculado a Cristina, el encarcelamiento de Sala en Jujuy fue una de las consignas más repetidas. Hubo marchas, solicitadas, posteos en redes sociales, campañas públicas, acciones en medios de comunicación y enojos por la persecución contra la dirigente social. La historia siguió prácticamente igual cuando Alberto y Cristina ganaron las elecciones en 2019. 

 

Lo llamativo es que, para entonces, con el Frente de Todos en el poder, se esperaban acciones directas por las causas contra Sala. Pero no pasó absolutamente nada. No hubo acciones políticas. No hubo intentos de acuerdos con el gobernador Gerardo Morales. Se terminaron las marchas. El olvido rodeó a quien, apenas unos años atrás, había sido un ejemplo de militancia tanto para Cristina como para la mayoría de los miembros del kirchnerismo. Lo que sí sobraron fueron las críticas a Alberto y a Morales por parte de La Cámpora por su acercamiento en la etapa más dura de la cuarentena. Si había alguna chance de negociación por milagro, desde las entrañas del gobierno se encargaban de destruirlas.

 

Silencio e inacción

 

La propia Sala fue muy crítica del Gobierno del Frente de Todos y dijo el año pasado: “Estábamos ilusionados que una vez que asuman Alberto y Cristina esta historia iba a cambiar y en vez de cambiar cada vez se agrava más. Alberto la vez pasada dijo que él quiere salvar vidas, que nos ayuden a salvar la democracia de la Justicia. Esto no es Milagro Sala, son los jujeños. Estoy muy abandonada. Nos han tapado, humillado y silenciado. Esto indigna”.

 

Y tenía razón. Por eso, Alberto optó por retomar esta lucha y así dejar fuera de juego a los mismos que enarbolaban las banderas de Milagro y, una vez en el poder, no solo las bajaron, sino también las escondieron. “Voy a visitar a Milagro, injustamente detenida, enferma, para acompañarla como lo hice siempre y también para que muestre esta situación oprobiosa que la Corte sigue sin resolver”, escribió el Presidente en sus redes sociales, junto a un video donde se lo veía en Aeroparque, a minutos de partir a Jujuy. Si esto fuese boxeo, Fernández metió una primera buena mano. 

 

Pero durante mucho tiempo estuvo con la guardia baja en su propio rincón del ring sin hacer nada. Sus funcionarios actuaron de la misma manera. Como muestra ahí están los senadores y los diputados, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a cargo de Martín Soria, y también el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Y este último es un caso paradigmático. Es que su ministra es Elizabeth Gómez Alcorta, una abogada, especialista en Ciencia Política y Sociología, con varios posgrados y una carrera intachable, entre ellos haber sido la abogada de Milagro.  

 

Entonces, si alguien podía ocuparse de accionar desde un ministerio nacional por el presente de Sala esa era su ex defensora y ahora titular de Mujeres, Géneros y Diversidad. Si su trabajo era ya cuestionado tanto por los sectores machistas de la política y la sociedad, ahora se le sumaban los vinculados al Feminismo y a los Derechos Humanos. A la falta de territorialidad de dicho Ministerio se le sumó una pasividad frente a la causa de la dirigente social digna de Juntos por el Cambio. 

¿Qué hizo Gómez Alcorta? El año pasado brindó una entrevista y dijo: “La detención de Milagro es ilegal, arbitraria e injusta. Hay varias causas más que se están tramitando, yo no las sigo una a una por día porque hace dos años que dejé de ser su abogada, pero bueno sigo siendo su amiga y estoy en contacto con ella y sé cómo la pasa y por eso es muy importante que levantemos la voz". De manera oficial y desde el Ministerio que conduce no hubo ninguna acción clara por la persecución que sufre, desde hace siete años, la dirigente social. 

 

Por todos estos motivos, que el presidente haya viajado a visitar a la líder de la Tupac Amaru es más que una muestra de apoyo o solidaridad. Significa que desde el Ejecutivo están listos para abrir un nuevo frente contra la Corte Suprema y la Justicia de Jujuy. Pero, esto también acarreará otras peleas. Sobre todo en la guerra que sacude desde hace meses al Frente de Todos y que tiene como máximos protagonistas a Alberto y a Cristina. 

La visita del presidente

 

Tras aterrizar en Jujuy, el presidente y su mínima comitiva viajó a la clínica Los Lapachos, donde Sala ocupa una sala de terapia intermedia. La dirigente social tiene varios problemas de salud. El máximo mandatario ingresó a las 11.50 y estuvo ahí durante 40 minutos, en los que charló con Sala y se fotografiaron juntos. Al salir, otra publicación en las redes sociales de Alberto: “Te queremos mucho, Milagro. Somos muchos los que te queremos y deseamos verte bien”.

 

Luego, el mandatario realizó una conferencia de prensa en el que realizó duras críticas al Poder Judicial: "Lo he plantado una y mil veces desde que empezó la persecución. Ninguna sociedad funciona bien sin un estado de derecho que respete los derechos humanos. Prolongar detenciones preventivas es una forma de violar los derechos humanos".

Y agregó: “Le pido a los tribunales de Jujuy y a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que empiecen a enmendar las barrabasadas que se hicieron alrededor de la situación judicial de Milagro Sala. Es un caso paradigmático en Argentina. Lo que le ocurre a Milagro no quiero que le ocurra a ningún argentino”.

 

Y sumó, rodeado de la comitiva conformada por la portavoz Presidencial, Gabriela Cerruti; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el asesor presidencial Ricardo Forster y el diputado nacional Eduardo Valdés: “No estoy pidiendo por su inocencia sino que estoy pidiendo el juzgamiento respetando las leyes argentinas, que los juicios se hagan sin presiones políticas, sin intencionalidades persecutorias, solo con el debido proceso".  

Además Fernández expresó: "Vengo a hacer público mi compromiso con Milagro Sala y a llamar la atención a la Argentina y al mundo de algo que está ocurriendo y no debería ocurrir y que está afectando no solo la libertad de una persona sino su salud. Apenas llegué de Alemania, me enteré de que estaba internada con un coagulo y estaba comprometida su salud. Llamé a su esposo y le dije que la iba a ir a ver. Pero esto no es de ahora, es de siempre porque yo siempre he planteado lo indebido de la detención de Milagro Sala, la irregularidad que los procesos que han tenido".

 

Para finalizar, el presidente afirmó: "La situación ya es muy grave porque lleva siete años de presa y su salud se ha deteriorado mucho y la salud de su marido está muy deteriorada y la verdad es que no me deja tranquilo la situación. El objetivo de mi visita es acompañarla y darle una vez más un testimonio de mi compromiso porque los derechos humanos son la base de todo el sistema de un estado de derecho”.