07 Abril de 2016 16:16
En solitario, como si estuviera ante un tablero de ajedrez, Lázaro Báez intenta salir del laberinto en el que se encuentra desde que fue detenido por el presunto delito de lavado de dinero. No sólo está en juego su libertad y la de su hijo Martín, sino el imperio económico y poderoso que construyó en todos estos años. En los próximos diez días, el empresario más emblemático del kirchnerismo juega sus cartas y especula. Contar todo o callar pareciera ser su dilema. Es por eso que decidió esperar que declaren Cristina Kirchner y Leonardo Fariña.
Lázaro fue detenido el lunes por la tarde en el aeropuerto de San Fernando.
Su estrategia depende de tres factores. Uno de ellos tiene que ver con su hijo Martín. La posibilidad de que el joven vuelva a Santa Cruz el fin de semana puede ser una moneda de cambio en las negociaciones. El peor temor del empresario amigo de Néstor Kirchner que amasó una gran fortuna es que su hijo siga su camino y quede preso. Una versión indica que Lázaro acordó entregarse en la Justicia a cambio de que dejaran ir a su hijo.
Lejos de Cristina (y del poder)
En el entorno del empresario sienten que Cristina y Carlos Zannini le soltaron al mano y que el año pasado jugaron con la causa. Se mencionan diálogos con un juez para que Báez sea acorralado por la Justicia.
Lázaro siente que Cristina le soltó la mano.
El martes Báez se negó a declarar ante el juez Sebastián Casanello. Sus abogados argumentaron que el silencio se debió al secreto de sumario. Pero lo real es que especula con lo que puedan decir Leonardo Fariña, su presunto ex valijero, y Cristina Kirchner. Aunque la ex presidenta va a declarar el 13 por otra causa (dólar futuro), la defensa de Lázaro quiere medir el impacto judicial y social que tendrá esa indagatoria.
El "arrepentido" Fariña
Como nunca, Leonardo Fariña, el extravagante financista que de la noche a la mañana comenzó a pasearse en coches caros y mujeres famosas, siente que tiene cierto poder sobre el futuro de Lázaro. "Es dueño de los secretos de Lázaro", según escribió el periodista Carlos Pagni en La Nación, además de recordar una frase adjudicada a Fariña "Yo soy Báez y Báez es Néstor Kirchner".
Fariña lleva dos años detenido en Ezeiza.
Fariña asegura que vio a Lázaro "decenas de veces", muchas de ellas en La Rosadita, donde se filmó el video en el que Martín Báez aparece contando dinero y tomando champán. "Es insólito que haya dicho que no me conocía. Es más, hasta tuve un vínculo amistoso con su hijo Martín", había dicho Fariña BigBang.
"Es insólito que Lázaro haya dicho que no me conocía. Lo vi cientos de veces
Hasta hace dos semanas, cuando la posible caída de Báez era posible pero no parecía tan cercana, Fariña estaba cerca del abismo. La Justicia le había vuelto a impedir la libertad condicional y su mundo se derrumbó. A eso se sumó la deteriorada salud de su padre y al tiempo que lleva sin ver a mi hijo. "Todo esto está destruyendo mi vínculo con la gente que amo", confesó el financista.
Por esos días sintió que ninguna estrategia era posible. Pero la caída de Lázaro le abrió otro panorama. Ahora siente que la salida de esta no es una utopía. "Báez no se imagina que voy a decir las cosas como son. Voy a contar todo lo que sé", le dijo Fariña a alguien de su entorno.
"Báez no se imagina que voy a decir las cosas como son
Fariña, si es que no cambia de opinión o su estrategia cambia a último momento, revelará cómo era la operatoria de Lázaro. En las últimas horas, Fariña -que declara mañana en Comodoro Py, le dijo una frase a uno de sus abogados. "Me estoy jugando la vida en todo esto, y sé que voy a salir con la verdad".