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Lo rociaron con gas pimienta: denunció violencia institucional y abandono de persona

Las imágenes de la agresión de la policía a Juan José Puchet se viralizaron días atrás. En diálogo con BigBang, cuestiona el accionar de las fuerzas y critica con dureza la reforma previsional.

por Agusti­n Gulman

27 Diciembre de 2017 11:02
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Juan José Puchet está quieto, parado, con un pañuelo en la boca, sobre la calle Rodríguez Peña, a metros de la avenida Rivadavia. A unos pocos centímetros camina un grupo de diez efectivos de la Policía Federal. El primero de ellos lo rocía con gas pimienta y le golpea la espalda con un bastón. Mientras, otro uniformado continúa arrojándole gas en el rostro.

Aquella secuencia que le pareció eterna duró apenas diez segundos, aunque la irritación y el ardor le duraron varios días. Una cámara de seguridad registró el momento y las imágenes se viralizaron en las redes sociales: todo ocurrió durante la protesta, luego de que un grupo violento fuera desalojado de la plaza del Congreso y mientras las fuerzas de seguridad reprimían y la Cámara de diputados trataba en el recinto la reforma previsional.

Puchet es licenciado en Relaciones Laborales, docente en un centro educativo de Ingeniero Budge y del Plan Fines desde 2011. Milita en una agrupación docente llamada Isauro Arancibia y llegó a la zona del Parlamento con la columna de Suteba. Junto a su esposa y un grupo de colegas asistió a la protesta del lunes 18 en inmediaciones del Congreso, para rechazar la reforma impulsada por el Gobierno, que finalmente fue aprobada.

Antes del ataque, el hombre de 64 años había ayudado a una señora que había sido gaseada, y luego asistió a una posta sanitaria ubicada en el Instituto Patria, donde le dieron un limón y le mojaron un pañuelo con vinagre para protegerse de los gases que arrojaba la Policía.

A la izquierda, Juan José Puchet, durante el acto de Cristina Kirchner en Arsenal.

“Estaba parado y no sabía para dónde ir. Me quedé quieto esperando que se tranquilice la situación”, relata Puchet en diálogo con BigBang. A pesar de que pasaron nueve días, aún hoy cuando se lava la cara siente el ardor. “La molestia fuerte me duró dos o tres días. Cuando llegué a casa y me bañé, se reactivó, me ardían la cara, la espalda y las piernas”, dice. Además, cuenta que continúa molesto de un ojo, donde tiene una “disminución visual”.

Para Puchet, el accionar de la fuerza fue “muy poco profesional”. Las autoridades porteñas se habían comprometido a revisar e investigar cualquier tipo de “exceso” en el accionar de las fuerzas de seguridad durante el operativo del lunes, a través del Departamento de Transparencia, en el caso de la Policía de la Ciudad. Una fuente del Ejecutivo porteño aseguró días atrás que abrirían sumarios para investigar casos puntuales de mal accionar.

El lunes 18 hubo una fuerte protesta frente al Congreso contra la reforma previsional. 

Por eso, Puchet presentó una denuncia por los delitos de abandono de persona y violencia institucional a través de la Liga por los Derechos del Hombre. “Me dieron lástima las agresiones gratuitas que recibieron un montón de compañeros. No tiraban piedras, no había agresión de ese lado, estaban aplaudiendo y cantando”, describe Puchet.

Más allá del dolor y el ardor que sufrió los primeros días, el docente asegura que está “contento de que se haya podido demostrar” cómo fue el accionar policial. “En esta etapa de postverdad, el dicho de una persona común queda sin efecto ante el valor de imágenes como las del video, que valen más que mil palabras”, comenta.

Puchet fue reprimido por la Policía Federal durante las protestas. Foto: Tiempo Argentino.

- Tenés 64 años, imagino que estarás cerca de jubilarte. ¿Qué le dirías a los diputados y senadores que aprobaron la reforma previsional?

-Puedo llegar a entender razones de Estado que aducen diputados y senadores. Pero no tienen que olvidarse que es dinero que aportó mucha gente durante muchísimos años. Lo más inmoral es que hayan tomado una decisión por la plata de otros. En general a esta edad estamos potentes, los que trabajamos en la actividad docente, cuantos más años tenés en educación estás más preparado. Hay gente que necesita jubilarse, la actividad es muy agotadora, no hay regímenes de privilegio.

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