La evolución de las tecnologías, y de los sistemas de chat, también alcanzó al macrismo. Desde el viejo chat de Blackberry Messenger, que ya abandonaron la inmensa mayoría de los funcionarios que trabajan con Mauricio Macri, al Telegram, hubo grandes cambios en la forma en que se comunican.
Allá, por 2008, el jefe de Gobierno porteño armó, junto a sus ministros, un chat conjunto en el Blackberry Messenger por el cual se comunicaban. El chat se denominaba “Ministros”, y en él participaban varios de los actuales funcionarios nacionales: Jorge Lemus (Salud) o Marcos Peña (era secretario General y hoy es Jefe de Gabinete). Luego se incorporaron Carolina Stanley (Desarrollo Social) y Esteban Bullrich (Educación).
Los mensajes son variados. Desde saludos hasta aspectos de la gestión del gobierno.
En ese entonces el Blackberry era el preferido de los funcionarios. Y en ese chat fluían las conversaciones no sólo sobre gestión: había comentarios de todo tipo, desde cómo había salido la vicejefa María Eugenia Vidal en una incursión en Intratables en plena crisis por las inundaciones a un “feliz cumpleaños” a un ministro. También había lugar para chascarrillos entre ellos: muchos se habían hecho amigos.
Macri generalmente chateaba con monosílabos. Pero Guillermo Montenegro (Justicia y Seguridad, hoy embajador en Uruguay) o Néstor Grindetti (Hacienda, hoy intendente de Lanús) podían largar algún párrafo con un pensamiento.
Los funcionarios utilizan Telegram. Allí también comparten aspectos de gestión.
Se utilizaba también para organizar encuentros, almuerzos de ministros (los viernes en San Telmo) y para debatir temas no siempre políticos. Y no eran más de 15.
En la segunda etapa del Gobierno porteño, muchos dejaron de usar el Blackberry, con lo cual decidieron armar un nuevo grupo, esta vez de Whatsapp. El propio Macri usaba el sistema de chat para hablar con Sergio Massa, por caso.
Pero todo cambió en la campaña de 2015: el fuerte rumor de que la ex SIDE estaba monitoreando todas las actividades del PRO puso a los ministros en alerta máxima: uno a uno comenzaron a bajarse Telegram, con el sistema de borrado automático de mensajes para que, al menos, sea más complicado espiarlos.
El chat de Telegram tiene alrededor de 30 integrantes y sólo se hablan cuestiones de trabajo.
Ahora, desde que es presidente, los ministros del gabinete, más los dos vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, y el secretario General, Fernando de Andreis, tienen su propio grupo de Telegram bajo una G con el fondo verde. Pero, lejos de lo que era, ya no hay bromas allí. De hecho, años atrás, los chats tenían actividad cotidiana y hoy pueden pasar días sin que haya comentarios.
Esta vez, con casi 30 integrantes, se habla exclusivamente de temas de gestión. Uno de los más activos es uno de los ministros “invisibles”: el rabino Sergio Bergman, el ministro de Medio Ambiente, quien suele dejar alguna reflexión sobre sus actividades.
Antes los chats se utilizaban para organizar encuentros, hoy se abordan cuestiones de trabajo.
El problema con el chat actual es que, dada la cantidad de funcionarios, y del sistema compartimentado, por el cual Lopetegui y Quintana tienen, cada uno, medio gabinete a su cargo como coordinadores, es que no hay interrelación entre muchos de los ministros. Hay, en algunos casos, un total desconocimiento del otro.