Es el primer día del ya conocido por todos “segundo semestre”, período en el que el Gobierno depositó todas sus esperanzas y promesas de mejoras económicas a la sociedad. Es el tiempo en el que la estrategia política, económica y social de Mauricio Macri tendrá un solo objetivo: bajar la inflación.
Macri, ante el desafío de cumplir con las promesas de segundo semestre.
Los próximos seis meses de gobierno estarán marcados por cuatro ejes de gobierno que apuntarán, además de brindarle algo de calma al bolsillo de los argentinos, a fortalecer la gobernabilidad de Macri y mejorar el vínculo con los gremios. BigBang resumió los ejes de la política macrista de cara al período más esperado por todos.
El empleo y los sindicatos
Macri espera que en el segundo semestre se pongan en marcha la serie de iniciativas que buscan generar empleo como forma de mejorar sustancialmente la calidad de vida de los argentinos. En ese sentido, desde el ministerio de Trabajo entienden que a pesar de las fuertes críticas de algunos sectores del sindicalismo, el desempleo no alcanzó niveles alarmantes.
El ministerio de Trabajo apunta a la unidad de los sindicatos.
Sin embargo, sectores tales como la construcción y automotores, ambos afectados por la grave crisis de Brasil, recibieron duros golpes en los primeros meses de Gobierno. En tercer escalón, el turismo, también sufrió los embates del ajuste económico.
Para compensar esta pérdida labora, el Gobierno advierte que hubo crecimiento en el sector servicios y comercios, según los datos de trabajo en blanco que maneja Jorge Triaca. La orden de Macri es la de activar en el segundo semestre la ley de primer empleo que apunta a garantizar trabajo a los jóvenes y encender el conjunto de medidas de capacitación laboral del ministerio de Trabajo.
El Gobierno espera una unidad de la CGT en el corto plazo.
En cuanto al vínculo con los gremios, el Gobierno intentará hacer todo lo posible para la unidad, aunque sea con un triunvirato. La relación con Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló tuvo altas y bajas en estos meses. El macrismo está encima de los gremios más afectados y los líderes sindicales hablan con Triaca semanalmente.
Ya comenzó el goteo de fondos para obras sociales, entidades cuyas deudas ascienden a 26 mil millones de pesos. A cambio, el ministerio de Trabajo ordenó que las obras sociales que reciban los fondos será auditadas para comprobar qué hicieron con el dinero.
Congreso esquema gobernabilidad
Un desafío clave del Gobierno pasa ahora por afianzarse en lo más alto del poder de la administración central, de cara a las elecciones legislativas del año que viene.
Para ello, el macrismo busca aprovechar la deserción kirchnerista para sumar a sus filas dirigentes del peronismo aunque sin descuidar la alianza con el radicalismo. Estiman que al menos unos 20 diputados pueden abandonar el espacio antes de fin de año, e incluso algún aventurado entiende que el espacio del Frente Para la Victoria hasta podría desaparecer.
El bloque de diputados del FPV, atraviesa una profunda crisis.
En este esquema fue clave el trabajo de Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, quien continúa a paso firme su objetivo de desquebrajar al FPV. Sin embargo el macrismo no puede descuidar su vínculo con su principal socio, el radicalismo, que veo con malos ojos el acercamiento desmedido entre el PRO y Sergio Massa, además de sumarse las buenas relaciones con Diego Bossio.
Alianzas estratégicas. Cambiemos, más cerca de un sector del peronismo.
En el senado la estrategia es diferente y allí el macrismo encontró tranquilidad legislativa. La correcta relación con los gobernadores le garantizó el apoyo en leyes claves y el vínculo continuará en esas líneas en el segundo semestre. Un ejemplo de esto es la aprobación del blanqueo de capitales que obtuvo 55 votos a favor y, tal como describió una fuente del Senado a BigBang, “Monzó y Frigerio tuvieron que hacer solo un par de llamados y bastó con el trabajo de Pinedo”.
Políticas sociales y plan antidesbordes
Los cortes parciales de calles, y los reclamos generalizados de diversos sectores de la sociedad, obligaron al Gobierno a reforzar la ayuda social en todo el país para evitar desbordes y conflictividad.
Las políticas sociales del Gobierno están a cargo de Carolina Stanley.
Tanto desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación como en Buenos Aires y otras diez provincias se está avanzando con distintas medidas para aumentar la cantidad de fondos para comedores escolares, merenderos, tarjetas alimentarias y programas de trabajo de cooperativas y familias de bajos recursos.
En ese sentido preparan el plan Indigencia Cero en los cien puntos más pobres del país. El aumento más considerable es en el Programa de Seguridad Alimentaria, que pasará de $ 2.200 millones a más de $ 3 mil millones este año.
Incrementar la asistencia familiar, otros de los desafíos del segundo semestre.
A su vez el Ministerio de Desarrollo Social trabaja en un plan que lanzará en breve para una entrega extraordinaria de 120 mil módulos alimentarios en provincia de Buenos Aires y otras provincias con fuertes carencias. Se trata de módulos con diez productos básicos de primera necesidad que se entregarán a demanda. Cada uno contiene harina, fideos, aceite, azúcar y yerba, entre otros.
Indigencia cero tiene como eje cien pueblos con menos de cinco mil habitantes, en especial del norte del país, donde no haya infraestructura básica ni servicios. La idea es que el Estado llegue y comience a mitigar el hambre.
En la provincia de Buenos Aires el diputado provincial de Cambiemos Marcelo Daletto le propuso a la gobernadora María Eugenia Vidal el plan Evita, una suerte de Plan Belgrano, como el que el Gobierno impulsó en el norte del país, diseñado para el territorio bonaerense.
Control de precios
En el segundo semestre, se incrementarán los trabajos de control de parte del Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA) creado por la Secretaría de Comercio para que los consumidores conozcan los valores de los artículos que se venden en todos los comercios.
Disminuir la inflación, eje central de las políticas macristas en el segundo semestre.
A su vez, el Gobierno tiene previsto crear nuevos mercados de expendio de alimentos a bajos costos. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, comenzó a coordinar con su par de Producción, Francisco Cabrera, la conformación de una red de 60 mercados concentradores de alimentos, frutas y hortalizas en todo el país para bajar precios en un 30% en los productos de primera necesidad.
Además, Cabrera y el secretario de Comercio, Miguel Braun, comenzaron un incipiente plan de normalización y saneamiento del Mercado Central para que vuelva a convertirse en un centro de abastecimiento para los comercios minoristas a precios razonables.