01 Julio de 2016 11:21
Como una constelación política, la vida de Mauricio Macri desde que llegó a la Casa Rosada se mueve entre reuniones con sus funcionarios. Sin embargo, sólo dos grupos son los que escucha con atención: los denominados "anillos de cercanía".
Son los hombres que más influyen en la cabeza del presidente. Los que pueden mover el millonario presupuesto, complicar las aspiraciones de un ministro o generar una pelea con la oposición. Son, también, los que aportan ideas y llevan adelante los temas centrales del Gobierno.
Los anillos
El primer anillo de cercanía lo componen el jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto a sus dos viceministros, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Peña no sólo fue el jefe de la campaña 2015, sino que además coordina la comunicación y la estrategia de la Casa Rosada. La gestión, por su lado, está en manos de sus dos vicejefes. Lopetegui -ex CEO de Lan- y Quintana -dueño de Farmacity- se dividieron los ministerios en los que actúan como “coordinadores”. Una forma de elegante de designar a los interventores.
Peña, hombre clave en la estructura de gobierno de Macri.
Peña es hoy uno de los hombres con mayor influencia sobre el presidente. Se ocupa de manera personal de las relaciones internacionales, “contiene” dirigentes propios y ajenos. Su despacho está muy cerca del de Macri y, en su intimidad, el presidente cree que le debe a su jefe de Gabinete su llegada al poder.
Por su parte, Quintana coordina el “gabinete social”, que incluye las áreas más sensibles: Educación, Desarrollo Social, Salud y Trabajo, entre otras. Amable en sus gestos, se le atribuye la idea de armar el fondo de “reparación histórica” para los jubilados. También maneja Aerolíneas Argentinas: el ex CEO de Lan y la titular de la línea de bandera, la bella Isela Constantini, se llevan pésimo y Quintana terminó absorbiendo el área. Era imposible la convivencia entre ambos.
Quintana, una de las patas "coordinadoras" de jefatura de Gabinete.
Hace un mes el Gobierno decidió que comience a “blanquearse” como vocero de la gestión y empezó a aparecer en los medios de comunicación.
En el “gabinete social” suele invitar a almorzar a los ministros todos los lunes para coordinar acciones en conjunto. No es nuevo en el PRO: conoce a Horacio Rodríguez Larreta desde mediados de los noventa, cuando era consultor externo de Anses y el actual jefe de Gobierno era gerente general. También tiene un vínculo estrecho con la vicepresidenta, Gabriela Michetti, a quien frecuenta gracias a los buenos oficios de su novio, el empresario Juan Tonelli, quien conoce bien la industria farmacéutica.
Lopetegui es el nexo para desembolsar fondos para obras.
En cambio, su par, Lopetegui, tiene a su cargo el ministerio del Interior, Hacienda, Energía, Transporte y lo relacionado con la obra público. Más frontal, y acaso con menos pulgas, es quien actúa de nexo para el desembolso de fondos para determinada obra o provincia. Varios ministros se quejan de sus gestos adustos. Sin embargo, Macri suele sentarlo cerca de él en las reuniones y cuando se discuten los temas económicos le pregunta a él.
Entre los tres hoy se conforma el primer anillo. El que Macri consulta permanentemente y el que más escucha antes de tomar decisiones. Sobre todo en el plano económico.
Los hombres más cercanos al presidente Macri.
El segundo anillo
En otro plano aparecen los dos hombres de la política de Cambiemos y uno de los funcionarios más cercanos al presidente. Se trata de Rogelio Frigerio (ministro del Interior) y Emilio Monzó (titular de Diputados), quienes participan de las reuniones casi cotidianas de la mesa “de coyuntura”, y del secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.
Frigerio y Macri: Encuentro cercano con el "segundo anillo".
Frigerio es el ministro político, quien tiene que llevar adelante el diálogo con los gobernadores y las obras públicas, desde cloacas y agua potable hasta vivienda. Es un hombre escuchado por Macri, pero ya tuvo sus roces con Peña y, en menor medida, con Lopetegui. Para colmo, se lo escuchó bufar por tener en su estructura a Marina Klemensewicz como secretaria de Hábitat, una funcionaria del riñón de Michetti que se ocupa de los sectores más postergados.
Como buen economista, Frigerio aporta su mirada sobre la coyuntura. En esa mirada lo acompaña el hombre fuerte de Cambiemos en el Congreso: Emilio Monzó. Pragmático, es quien armó los principales acuerdos en 2015 cuando era ministro de Gobierno porteño. Monzó le aporta el timing político. Macri suele invitarlo, sábados o domingos, a Los Abrojos (incluso a veces pone uno de los helicópteros para que no pierda tanto tiempo) para darle un “panorama político”. En especial, cuando se va de viaje.
El presidente le encargó la dura tarea de domesticar al PJ y, acaso, dividirlo. En parte lo logró. Monzó no sólo trabaja en Diputados, sino que suele caminar algunos metros y hablar con el peronismo del Senado, donde Cambiemos está en franca minoría. Los inconvenientes que tuvieron Michetti y Federico Pinedo para sancionar leyes lo llevaron a ser un interlocutor válido para los caciques peronistas que dependen, en su mayoría, de los gobernadores.
De Andreis, al frente del vínculo entre el gobierno y la AFA.
Por su lado, De Andreis es prácticamente un familiar más. De hecho, es amigo de los tres hijos del presidente y de Nicolás Caputo, el empresario íntimo amigo de Macri. De Andreis tiene la administración de la Casa Rosada, de Olivos y de la seguridad presidencial. Además, se le sumó el vínculo con la AFA, vía el Fútbol para Todos. Durante años, De Andreis fue uno de los pocos que podía ir un domingo a almorzar con Macri como uno más. Hoy es escuchado y es quien le lleva la agenda diaria.