La salida de Alfonso Prat Gay del gobierno abrió una nueva grieta en el macrismo. La división de los ministerios de Hacienda y Finanzas ahora estará bajo el ala de los coordinadores económicos de la Jefatura de Gabinete que dirige Marcos Peña.
A la izquierda Quintana rie, pero el vínculo con Prat Gay era insostenible.
Así, Mario Quintana, vicejefe de Gabinete, y el hombre cuyas acciones en el Gobierno subieron a tasas chinas tras la salida de Prat Gay, supervisará las tareas que el recientemente designado Nicolás Dujovne realizará en la cartera de Hacienda, mientras que Gustavo Lopetegui, secretario de Coordinación de Políticas Públicas, hará lo propio en el ministerio de Finanzas que ahora dirigirá Luis "Toto" Caputo.
Tras el desdoblamiento del ministerio, Lopetegui y Quintana suben sus acciones.
No será terreno desconocido para ambos. Tanto Quintana como Lopetegui venían con esa misión para controlar al que fue hasta hace unos días el ministro de Hacienda. Tal vez fue ese control sobre su figura el que motivó aquellos primeros chispazos en marzo y que provocó que para octubre la relación entre los tres sea insostenible.
En concreto, Quintana era el hombre que debía supervisar la tarea de Prat Gay a pesar de que éste sólo se reportaba al Presidente y Lopetegui seguía de cerca el funcionamiento financiero de la cartera, para evitar defasajes en las partidas. Ahora ambos harán lo propio con Dujovne y Caputo.
Quintana y Caputo, en plena negociación con los fondos buitre.
Claro que la relación entre los hombres de confianza de Peña y los flamantes ministros será diametralmente opuesta al vínculo que estos mantenían con Prat Gay. Incluso Lopetegui dejó en claro sus diferencias con el ex ministro de Hacienda al asegurar que el “déficit fiscal es insostenible” y que para 2017 debe bajarse a 4,2 por ciento. Esa será la tarea del ex secretario de Finanzas, hombre clave en la negociación con los houldouts.
Por su parte, el ex CEO de LAN, que también mantuvo roces con Isela Costantini previo a su salida de Aerolíneas Argentinas, era, a fines de octubre, el elegido para poner orden en el gabinete económico, y su primer rescate fue evitar el naufragio de la ley de Participación Pública y Privada en el Congreso.
La tensión con Prat Gay alcanzó su pico máximo al responsabilizarlo por los problemas que atravesó el proyecto del Impuesto a las Ganancias en el Congreso, lo que luego motivó que Macri lo desplazara de esas negociaciones.
Prat Gay tenía frecuentes roces con Quintana.
Con la llegada de Dujovne a Hacienda, se intentará mejorar la comunicación entre la cartera y el Banco Central que dirige Federico Sturzenegger, quien mantenía un tenso vínculo Prat Gay y profundas diferencias “de grado” acerca del ritmo con el que se buscaba bajar las tasas de interés.
El Gobierno ubicó en el sillón de Prat Gay a dos hombres con los que busca poner fin a las polémicas y las internas en el Gabinete. Apunta a mejorar la comunicación y discusión en un ministerio que sólo registraba charlas entre el Presidente y el recientemente echado funcionario. Claro, que en el fondo, las ideas de Caputo y Dujovne responderán a las órdenes de Quintana y Lopetegui, a quienes Macri considera, junto a Peña, su ecuación económica ideal.