Alberto Fernández llegó a Casa Rosada pasadas las diez de la mañana. Acompañado por la primera dama, Fabiola Yáñez, el primer mandatario se fundió en un emotivo abrazo con Claudia Villafañe y las hijas mayores de Diego Maradona, Dalma y Gianinna.
Después de saludar a la familia de Diego, el primer mandatario se acercó al féretro que desde anoche se encuentra en el salón de los Patriotas Latinoamericanos. Visiblemente emocionado, colocó sus manos sobre el cajón y se persignó.
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Luego, ante la atenta mirada del entorno más íntimo del ex futbolista, Alberto colocó una camiseta de Argentinos Juniors con el número diez y luego, sobre la cabecera del féretro, dejó un pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo.
El presidente le transmitió a la familia los sentidos saludos que Emmanuel Macron, José "Pepe" Mujica, Pedro Sánchez, Lula Da Silva y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard. "Nadie tiene noción de lo que fue Maradona, absolutamente nadie", reconoció esta mañana en diálogo con Radio Continental, antes de acercarse al velorio masivo que tiene lugar desde las seis de la mañana en Balcarce.
"Diego me contó que en el Mundial de 1986 él les decía en el vestuario a los compañeros que en la Argentina había mucha gente triste y que tenían la obligación de hacer feliz a esa gente", recordó entre lágrimas el primer mandatario.
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Fernández no sólo decretó tres días de duelo nacional, sino que suspendió ni bien se enteró de la muerte la agenda presidencial y puso a disposición de la familia Maradona todos los recursos del Estado para llevar adelante el último adiós de Maradona.