29 Junio de 2016 05:15
Turquía tiene la particularidad de ser un ex imperio que añora esa condición, pertenecer tanto a Asia como a Europa, separado por el estrecho de Bósforo y pertenecer a la OTAN.
Geopolíticamente se ubica en un complejo entramado de alianzas y enemigos, por lo que la autoría del atentado de hoy es difícil de establecer a priori, más allá de quien se lo atribuya.
El presidente turco se ganó variados enemigos.
Su presidente Recep Erdogan, un islámico moderado, a veces, supo ganarse rivales de fuste por una política que varía sutilmente entre intervencionista y expansionista.
Los kurdos separatistas, enemigos acérrimos de Turquía.
Los sospechosos de siempre son, a saber, su archienemigo el PPK kurdo, partido de los trabajadores del Kurdistán, una etnia postergada dentro del país que reclama su independencia y un estado propio, y que se atribuyó la autoría de varios atentados, e ISIS, al que se enfrenta incluso militarmente en Siria y que también se atribuyó atentados en Estambul.
Isis, un contrincante reciente.
Algunos analistas también señalan operaciones de infiltramiento del grupo chii Hezbollah, financiados por Irán. El presidente Erdogan y el mandatario iraní Alí Khamenei, se odian mutuamente, aunque ahora son aliados en la lucha contra un enemigo común: ISIS.