17 Agosto de 2021 08:54
Después de permanecer más de 40 días en Europa y de cumplir con el aislamiento sanitario obligatorio, Mauricio Macri volvió a poner primera para "meterse de lleno" en la campaña de Juntos, aunque con ciertos condicionamientos por las fuertes resistencias internas que genera su figura (a la que le atribuyen, en gran parte, el fracaso electoral del 2019). Como era de esperarse, el ex mandatario dio su opinión con respecto al escándalo del cumpleaños clandestino que se celebró en la residencia de Olivos en uno de los momentos más duros de la cuarentena, pero también procuró instalar una nueva Fake News al hablar del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que llevó adelante durante su presidencia.
Una de las primeras preguntas obligadas de la entrevista tuvo que ver con la denominada "Marcha de las piedras", que se llevó adelante ayer con epicentro en Plaza de Mayo y en la residencia de Olivos. "En la marcha vi mucha indignación, indignación que comparto con todos los argentinos. Esa foto (de Olivos) nos da la sensación de que tocamos fondos o de que el presidente tocó fondo en eso del valor de la palabra. Esa foto terminó por destruir toda autoridad del presidente", aseguró Macri, en línea con la bajada discursiva que adoptó todo el frente opositor en los últimos días.
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"Justo estuve leyendo la carta de Solange. Es la carta de la chiquita que murió y su padre no pudo llegar a despedirse. Ella decía: 'Mientras viva quiero que se respeten mis derechos'. Me imagino cómo debe haber estado su padre al ver la foto", aseguró el ex mandatario, en alusión al caso de Solange Musse, al tiempo que volvió a apuntar contra Alberto Fernández: "Tres días antes de que saliera la primera foto, él dijo que no había ninguna reunión social en Olivos. Salió la primera foto y dijo que no era verdad. Cuando salió la segunda no quedó más remedio y, aún así, no se lo escuchó pedir perdón. Es muy grave".
En su entrevista, el ex presidente procuró "desinstalar" lo que él cree es la "mentira fundacional" del Frente de Todos y tiene que ver con el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional que su Gobierno llevó adelante en 2018 después de que estallara la burbuja financiera y la Argentina se quedara sin financiamiento internacional para sostener la fuga de capitales de su gestión."La primera mentira fundamental que hoy baten es el crédito del FMI. Los que dicen que se fugaron la plata y se la llevaron los amigos de Macri, la deuda es la misma. No es que debemos 50 mil millones más. Porque bajamos el déficit. La deuda externa que recibió el Gobierno actual es la misma que la que recibí yo el 10 de diciembre de 2015", sostuvo, filmina en mano mediante.
Dato de Chequeado: de acuerdo a los datos de la Secretaría de Finanzas de la Nación, en septiembre de 2015 el país tenía una deuda pública bruta (es decir que se contabilizan los acreedores privados, el sector público y los organismos internacionales) de US$240 mil millones. A finales de 2019, días antes de que Macri le entregara el poder a Fernández, el endeudamiento de la Argentina ascendía a US$323 millones. Es decir que, en total, la diferencia es de $83 mil millones con respecto a la deuda que recibió al momento de asumir la presidencia.
Dato del Banco Central: la fuga de capitales que se registró entre 2015 y 2015 fue de US$86 mil millones de dólares. Más de la mitad de ese monto se concentró en el uno por ciento de los actores del mercado, de acuerdo al reporte realizado en marzo del 2020 por el Banco Central de la República Argentina.
Macri también procuró "lavar la imagen" del Fondo y aseguró que el endeudamiento se debió a que "las cosas iban bien". "El FMI no es un banco comercial. Creían en el rumbo que habíamos tomado, por algo nos dieron la presidencia del G20; no de este rejunte que es el Grupo de Puebla", aseguró de forma peyorativa, al tiempo que sumó: "Estábamos con los países que tienen tecnología y que nos querían ayudar; y los que tienen las vacunas buenas que este Gobierno no quiso comprar".
Por último, el ex mandatario volvió a hablar de Venezuela como el "modelo a seguir" del kirchnerismo y evitó hablar del Frente de Todos como coalición gobernante: "Vemos que el kirchnerismo quiere un modelo de sostenimiento como existe en Venezuela o Nicaragua, donde realmente no funcionaba la democracia. Eso sucedió no sólo por mérito de Chávez y Maduro, sino también porque la oposición se partió. Entonces, es muy importante seguir consolidando esa unidad y sostener la esperanza de que esta batalla es posible".