Son más de $35.000 millones de pesos (según las estimaciones de este año) y de a poco se va sabiendo cuál será su destino. Si bien todavía quedan algunas variables para terminar de delinear sobre los cambios en la coparticipación que recibe la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo si el recorte será del 1,18 por ciento o del dos por ciento, dependiendo de la interpretación que se haga del decreto que se publicó hoy en el Boletín Oficial, de mínima la jurisdicción que gobierna Horacio Rodríguez Larreta pasará de percibir el 3,5% a un 2,3%.
Esa diferencia se transferirá a las arcas de la provincia de Buenos Aires para financiar, principalmente, el aumento salarial que anunció este jueves el gobernador Axel Kicillof. Según explicaron desde el ejecutivo provincial, un suboficial de la Bonaerense recién egresado cobraba hasta hoy $37 mil de bolsillo. Es un 37 por ciento que lo que cobran los integrantes de la Policía de la Ciudad ($59.000), una de las cuestiones que explica el malestar dentro de la fuerza de la Provincia. Un suboficial de la Policía Federal percibe alrededor de 50 mil pesos.
De este modo, los agentes de la Bonaerense percibirán un salario de bolsillo de 44 mil pesos. Al mismo tiempo, cobrarán 5.000 pesos por mes para uniformes y 120 pesos por las horas extras. Hasta el momento, tenían un salario de bolsillo de 35 mil pesos, cobraban 1.100 por el uniforme y 40 por las horas extras. Kicillof también anunció una serie de mejoras para la Policía, desde la creación de un Instituto Universitario que mejore la formación policial y hasta dos hospitales específicos y un aumento en la atención psicológica para los uniformados.
La decisión de que el aumento venga con más fondos coparticipables es para que esos fondos salgan del Estado nacional de manera automática. De acuerdo a la ley de coparticipación, cualquier modificación respecto a la distribución del dinero que no le corresponde a la Nación requiere el aval de todas las provincias.
De hecho, los fondos que durante la gestión de Mauricio Macri fueron transferidos a la Ciudad pertenecían a Nación y no a las provincias. Desde que comenzó a regir ese modelo de distribución es la primera vez que a una provincia le sacan recursos para asignárselos a otra.
Antes de que se diera ese traspaso de porcentaje en 2016, la provincia de Buenos Aires aportaba el 44 por ciento de los fondos coparticipables, pero solamente recibía, teniendo en cuenta la totalidad de la masa disponible para las provincias, el 24 por ciento. Es decir veinte puntos porcentuales menos y casi el doble en términos reales. La Ciudad, por su parte, aporta el 25% de la totalidad de los fondos y recibía, hasta ayer, el 3,5% de los que estaban sobre la mesa para distribuir.
A ese cálculo hay que agregarle que, en 2019 y según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IAARAF), la provincia de Buenos Aires fue la única que contó con más fondos por coparticipación que en 2018. Mientras la ex gobernadora María Eugenia Vidal tuvo un aumento del 9,8 por ciento interanual como consecuencia de la actualización del Fondo del Conurbano, Rodríguez Larreta vio una reducción en términos nominales de 4 por ciento.
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La complejidad del cálculo fiscal en la provincia de Buenos Aires, y ante la pandemia del coronavirus más aún, incluye las transferencias conocidas como Aportes del Tesoro Nacional (ATN). En los primeros seis meses del año la gestión de Kicillof recibió 822 por ciento más que en el mismo período de 2019, lo que representan más de $90.000 millones. La Ciudad, en contraposición, recibió solamente un cinco por ciento más en términos nominales en el mismo periodo, en comparación con lo que ocurrió el año pasado.