El discurso de la oposición política en Venezuela pasó de la esperanza a poder terminar con la hegemonía del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a la denuncia de un supuesto fraude electoral, luego de que este domingo y tras escrutar cuatro de cada cinco mesas, el Consejo Electoral de Venezuela (CNE) diera como reelecto al presidente Nicolás Maduro, con más del 51,2 por ciento de los votos. El segundo lugar fue para el candidato Edmundo González Urrutia, quien obtuvo el 44,2.
En un sistema electoral que a diferencia del argentino no es obligatorio, el mandatario venezolano logró 5.140.092 de votos, mientras que el opositor llegó a los 4,45 millones. Tras el anuncio de la CNE, desde el organismo aseguraron que subirían todos los detalles del sufragio a su página web y que estos serán entregados a los representantes de los 38 partidos políticos que participaron de la contienda.
A su vez, y a partir de las demoras detectadas en el escrutinio, desde el organismo denunciaron que hubo que "solventar una agresión en contra del sistema de transmisión de datos que retrasó, de manera adversa, la transmisión de los resultados". Mientras tanto, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la mayor fuerza opositora del país, cuestionó la victoria de Maduro y afirmó que los resultados fueron diferentes.
La líder del PUD y principal referente política opositora de Venezuela, María Corina Machado, había desafiado los resultados cuando aseguró que su candidato había sido votado por más del 70 por ciento. "Queremos decirles a todos los venezolanos que Venezuela tiene un nuevo presidente y es Edmundo González Urrutia. Ganamos y todo el mundo lo sabe", deslizó.
Por otro lado, las protestas en las puertas de las embajadas venezolanas en Latinoamérica se multiplicaron y la desilusión de los manifestantes opositores allí se hizo evidente, de acuerdo a que no era el resultado que tenían previsto para este domingo histórico. Tanto en Argentina como en Perú se registraron imágenes de una situación que estuvo a punto de llegar a las agresiones físicas por parte de los manifestantes.
Cabe recordar que el modelo de Maduro, como continuación de las gestiones que hizo Hugo Chávez Frías, es uno de los más polémicos de la región de acuerdo a datos que se conocen de una diáspora de habitantes locales en otros países cercanos y no tanto. Según diversos cálculos, el éxodo venezolano se calcula en más de 8 millones de habitantes que no viven en su terruño a partir de las diferencias políticas que tienen con la conducción política de su país y la crisis económica local.
A nivel regional, los presidentes de Chile y Uruguay cuestionaron los resultados electorales. "El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable", denunció Gabriel Boric en X (ex Twitter).
Por su parte, Luis Lacalle Pou afirmó que "el proceso estuvo viciado". "No se puede reconocer un triunfo si no se confía en la forma y los mecanismos utilizados para llegar a él", agregó en un comunicado que también se movió por X.
Lula da Silva, por su parte, aún no se pronunció sobre el proceso electoral; idéntica posición que asumió el presidente de Colombia, Gustavo Petro.