Los docentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires vienen enfrentados a la administración del distrito desde hace muchos años. Los más de diez años continuados de recorte en el área de la Educación durante las gestiones del jefe de Gobierno, primero Mauricio Macri y luego Horacio Rodríguez Larreta, fueron un reclamo recurrente, pero en los últimos tiempos la disputa llegó a que se intente que los trabajadores de la educación utilicen los sábados para su formación pedagógica.
Algo que está de más decir que no cayó para nada bien. Sin ir más lejos, el rechazo quedó demostrado con el 95% del acatamiento que hubo de todo el gremio a participar del primer Encuentro de Mejora Institucional (EMI) con Formación Situada que se realizó este último sábado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y en otras sedes.
Desde el gobierno de la CABA aseguran que la concurrencia por parte de los maestros y las maestras es optativa, y que está paga con cuatro mil pesos extra en noviembre, pero la valoración que hacen desde los gremios de Ademys, UTE y SADOP es que es una extorsión y significa una quita de derechos ganados de la docencia porteña de tener la capacitación en el horario de jornada laboral.
En repudio a la decisión auspiciada por la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, hoy se convocó a un paro en todas las escuelas de la ciudad y desde los sindicatos se movilizaron a la Legislatura porteña para dejar en claro que los sábados no se tocan y exigiendo que la gestión del PRO dé marcha atrás en su decisión que afecta a los fines de semana.
"La pelea histórica de la docencia es por tener capacitaciones constantes y en servicio durante la semana, y que las jornadas se realicen con suspensión de clases en la propia escuela", explicó desde la convocatoria de hoy el docente Federico Puy, delegado de UTE. "Hay un cansancio muy grande entre los bajos salarios, las condiciones de trabajo, las múltiples situaciones sociales que tenemos que abordar en la escuela, y el gobierno de la CABA no da respuesta a estas cuestiones", agregó ante BigBang.
"Estamos denunciando el cinismo con el que se está manejando el gobierno de la Ciudad, que mientras plantea la importancia de que la docencia esté capacitada, nos está quitando la capacitación en servicio", denunció, por su parte, la secretaria de Cultura de Ademys, Ivana Otero, quien caracterizó la propuesta gubernamental como una quita de derechos.
"Nos obliga a destinar el sábado, en el marco que el 80% del gremio es femenino y trabajamos entre dos y tres turnos para llegar a fin de mes", precisó Otero ante BigBang. "Hay docentes que trabajan 12 horas casi sin tener tiempo de lunes a viernes para ver a sus hijos e hijas, y ahora se les impone que tengan que destinar el día para la familia al trabajo", reclamó.
"Nosotros queremos poner sobre la mesa la necesidad de desnaturalizar el trabajo tan extenso para llegar a fin de mes y poder empezar a plantear la necesaria posibilidad de trabajar un turno, compuesto por cuatro horas y dos para corregir, con un salario igual a la canasta básica familiar, porque sería la forma en que podamos educar en mejores condiciones", explicó la docente.
Las internas gremiales de los docentes porteños quedaron de lado para esta movilización, aunque desde Ademys están buscando que se convoque a una asamblea unificada con los docentes de todos los sindicatos de la CABA, algo que le propusieron a sus pares de UTE, pero que todavía no se pudo acordar.
Ambos espacios son opositores al oficialismo porteño, pero mientras que en UTE en general se referencian en el kirchnerismo, a Ademys lo conducen los sectores del Frente de Izquierda junto a otros espacios más independientes. Y aunque los dos denuncian el ajuste a la educación del PRO, uno busca incorporar a sus denuncias que el gobierno de la Nación también utiliza el presupuesto educativo como variable de ajuste para pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La movilización de hoy demostró que las conducciones buscan que esas diferencias políticas entre ambos espacios queden a un lado de cara a este conflicto, que no es más que un tironeo de los sectores que durante tantos años privilegiaron la educación privada en desmedro de la pública, para poder seguir quitando derechos.
"Apostamos por la coordinación con todos los sectores que están luchando contra las políticas de ajuste del gobierno de la CABA, como son los residentes y concurrentes, el Hospital Garrahan y el resto de los sectores", prometió Puy. La pelea lleva muchos años, pero todos los días tiene un capítulo nuevo que intenta llevarse puestos los derechos que costaron tanto.