06 Febrero de 2017 03:55
Cuando falta exactamente un mes para que Máximo Kirchner sea indagado por primera vez en los tribunales federales de Comodoro Py en la sensible causa Los Sauces SA, un informe de la Unidad de Información Financiera (UIF) complica más aún al hijo de la ex presidenta, debido a operaciones sospechosas que superan los $ 100 millones que conformarían un “entramado societario y bancario”.
Se trata de la causa que investiga el presunto lavado de dinero y cohecho, en un expediente por el que tanto Cristina Kirchner como sus dos hijos, Máximo y Florencia, serán indagados por el juez Claudio Bonadio el 6 y 7 de marzo. El informe de la UIF habla de movimientos bancarios llamativos: transferencias “sin justificación” por $50 millones y depósitos “sin sustento” por $3,9 millones sin documentación que lo respalde.
Para la Justicia, Máximo sería una de las piezas claves para entender el “entramado societario y bancario”. Es que el diputado nacional por el Frente para la Victoria fue el principal responsable de administrar las cuentas familiares tras la muerte de su padre: además de manejar la firma Los Sauces SA, estuvo a cargo de la cuenta “Sucesión Néstor Kirchner”.
El hijo de la ex presidenta y diputado nacional deberá declarar en Comodoro Py el 6 de marzo.
Según Clarín, en el informe elaborado por la UIF se señala que tanto la Sucesión como la inmobiliaria familiar tuvieron movimientos bancarios “sin justificación”. La vinculación con los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López es evidente: entre 2009 y 2015 ambas cuentas recibieron depósitos en cheques que suman unos $ 25 millones.
Creen que esos fondos podrían ser producto de “ilícitos investigados”. Y apuntan no sólo a Los Sauces, sino también a Hotesur, otra de las complejas causas donde la ex presidenta y Báez son investigados por lavado de activos.
DEPÓSITOS MILLONARIOS
El organismo antilavado indica que existió una evolución en los movimientos de las cuentas que pertenecen a la inmobiliaria de los Kirchner, y que fueron transferidos el año pasado a las cuentas de Florencia en el Banco Galicia, por U$S 4.664.000, U$S 1.032.144 y $53.280. El informe además asegura que la mayoría de las transferencias fueron realizadas por Máximo, algunas de ellas “sin justificación alguna”.
Cristina Kirchner fue convocada a indagatoria para el 7 de marzo, por el juez Bonadio.
Estiman que entre 2014 y 2015 el diputado y jefe de La Cámpora movió desde la cuenta de la sucesión de su padre unos $10.366.914 y otros $3.250.000 hacia una cuenta de Los Sauces SA.
La UIF registró también “llamativos” depósitos en efectivo por $4 millones y con un cheque por $3.959.000, cuyo origen se desconoce. Inclusive, aseguran que la extracción se llevó a cabo “sin el comprobante” que lo respalda.
Las cifras son más que llamativas y podrían complicar aún más al hijo de la ex presidenta, que el lunes 6 de marzo, un día antes que su madre, asistirá por primera vez y junto a su hermana a los tribunales federales de Comodoro Py para rendir cuentas ante la Justicia.
Una de las operaciones que se investigan es la transferencia hacia una cuenta de Florencia.
Otro de los movimientos que se investigan son las transferencias desde Los Sauces SA a la cuenta de la Sucesión y de esta última hacia otra, donde Cristina, Florencia y Máximo son cotitulares, por $32.270.000; así como también otro depósito por $14.390.000. La UIF detectó que desde esa cuenta, los Kirchner movieron unos $80 millones hacia otra cuenta en el Banco Galicia.
De ese dinero, unos $55 millones terminaron su recorrido en las cajas de seguridad de Florencia. Ese dinero se encuentra embargado, por orden del juez federal Julián Ercolini.
El hijo de la ex presidenta administra varias cuentas de la familia.
La sospecha es que la mayoría de los movimientos bancarios buscaron eludir los embargos judiciales. Pero también que el origen de ese dinero podría ser producto de retornos de empresarios beneficiados por la obra pública, como fueron Báez y López, ya que el 86 por ciento de la facturación proviene de alquileres de propiedades que les arrendaba la familia Kirchner.