“Es un lugar que nos transporta en el tiempo. Estoy muy contenta por estar aquí”. Esas fueron las palabras con las que Juliana Awada agradeció la invitación de la primera dama china, Peng Liyuan, al almuerzo que tuvo lugar en uno de los jardines de la Ciudad Prohibida, el palacio imperial ubicado en el centro de Pekín.
Awada junto a la primera dama china, Peng Liyuan.
La “Ciudad Prohibida” es, en realidad, el palacio más antiguo y más grande del mundo. Fue la residencia oficial de las dinastías que gobernaron el imperio por más de 500 años y el refugio elegido por 24 emperadores.
La comitiva completa.
En 1912, cuando el período dinástico llegó a su fin, el último emperador chino, Puyi, tenía sólo doce años y condenado a reclusión. Vivió encerrado en el palacio, aislado de la revolución que se estaba llevando puertas afuera. Su vida se vio plasmada en el filme El último emperador.
El viaje en el tiempo que experimentó la primera dama argentina tiene razón de ser. Encerrado entre la modernidad de la ciudad de Pekín y resguardado por murallas de casi ocho metros de altura, el palacio de 720 mil metros cuadrados y casi 10 mil habitaciones todavía conserva el aire, la arquitectura y los misterios de la china imperial.
Puyi, el último emperador, tenía 12 años cuando fue derrocado. Lo exiliaron en la "Ciudad prohibida".
Aunque ahora se posiciona como uno de los destinos turísticos por excelencia (lo visitan más de 14 millones de turistas al año), en su momento el ingreso estaba penado con la muerte. Sólo los miembros de la dinastía del emperador estaban autorizados a caminar por los jardines reales.