Desde el 1° de enero de 2025, las dietas de los senadores nacionales experimentaron un aumento significativo, alcanzando los 9.5 millones de pesos brutos mensuales, tras el vencimiento de la resolución que mantenía congelados estos ingresos desde abril de 2024. Este incremento generó fuertes cuestionamientos y renovadas tensiones políticas entre el oficialismo y la oposición. El congelamiento de las dietas, establecido a mediados del año pasado, mantuvo los salarios de los senadores en 8 millones de pesos brutos, tras un polémico aumento que había cuadruplicado sus haberes. Sin embargo, al no haber prorrogado la resolución que contenía los incrementos, se activó automáticamente la actualización salarial en base a los módulos legislativos, unidad que definen las dietas y otros conceptos de los legisladores.
La controversia tiene sus raíces en abril pasado, cuando una amplia mayoría de senadores aprobó, sin debate y a mano alzada, un proyecto que vinculó las dietas legislativas a la paritaria de los trabajadores del Congreso. Este mecanismo implica que cualquier aumento salarial para los empleados del legislativo impactaría directamente en los haberes de los senadores. Aunque la medida fue suspendida en agosto mediante la resolución 27/24, esta tuvo vigencia solo hasta el 31 de diciembre de este año.
Además del debate sobre los aumentos, los senadores recibirán en enero el medio aguinaldo correspondiente a la "dieta 13", una adición aprobada en abril que elevó los haberes brutos a más de 7 millones de pesos. Este esquema incluye 2.500 módulos salariales, sumados a adicionales por representación y desarraigo. Sin embargo, no todos los legisladores se ven beneficiados: cuatro senadores no perciben el adicional por desarraigo, y Alicia Kirchner optó por mantener su jubilación en su lugar.
Las nuevas cifras, que duplican lo percibido por los diputados nacionales, corresponden a 2.500 módulos por dieta básica, 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo , sumando un total que supera con creces los valores anteriores. El aumento se produce en un contexto político delicado, donde la vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel , enfrenta intensas presiones para evitar el ajuste. Desde la Casa Rosada, el presidente Javier Milei instó públicamente a Villarruel a seguir el ejemplo de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, quien mantuvo congelados los ingresos de los diputados bajo el mensaje de austeridad.
Villarruel, sin embargo, se excusó afirmando que no tiene facultades unilaterales para prorrogar el congelamiento, y que tal decisión depende exclusivamente de una votación en el recinto. "No puedo arrogarme la representación de todo el cuerpo legislativo", enfatizó, marcando una nueva grieta en su relación con Milei. Ante la controversia, los bloques de La Libertad Avanza PRO, UCR y Provincias Unidas presentaron notas formales solicitando que se convoque a una sesión especial para debatir una prórroga del congelamiento.
Sin embargo, el panorama no es alentador: Unión por la Patria , con 33 senadores (pronto 34 tras el reemplazo de Edgardo Kueider), ya manifestó su oposición a cualquier medida que limite los incrementos. Con números tan ajustados, el resultado de una eventual votación dependerá de los movimientos de los senadores independientes y de los acuerdos políticos que puedan alcanzarse en los próximos días. Lo cierto es que el incremento ya provocó indignación en amplios sectores de la sociedad, especialmente en un contexto económico donde la inflación y el costo de vida golpean a los ciudadanos, sobre todo a los más vulnerables como los jubilados.
Por un lado, algunos senadores sostienen que, dado el congelamiento vigente, los aumentos recientes no deberían aplicarse a sus dietas. Sin embargo, esta postura pierde fuerza ante la realidad de un sistema que ya establece un valor actualizado para los módulos salariales, lo que llevó a haberes superiores a los 9 millones de pesos en bruto. Cabe destacar que el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) se mantiene en $ 286.711 debido a que el Gobierno oficializó un incremento escalonado hasta marzo, donde llegará hasta los $296.832 mensuales, y que un jubilado percibe la mínima de $ 329.599 (incluyendo un bono de $ 70 mil).
En redes sociales, el hashtag #DietasSenadores se posicionó rápidamente como tendencia, con críticas que van desde la falta de sensibilidad hasta denuncias de privilegios desmedidos. Mientras tanto, los legisladores aún tienen margen para revertir la medida antes de que los aumentos se reflejen en las liquidaciones de mitad de mes. El reloj corre y la presión aumenta, dejando al Senado frente a una encrucijada que definirá no solo su presupuesto, sino también su credibilidad.