08 Abril de 2016 14:52

A nadie, absolutamente a nadie le sorprendió que la periodista Mercedes Ninci contara que Norberto Oyarbide le había dicho que estaba "en excelente estado para el Bailando". Al fin y al cabo, pocos jueces tuvieron un perfil tan alto y extravagante como él, pocos jueces supieron combinar sus polémicos fallos con una fuerte dosis de "circo" mediático. Si alguien lo va a extrañar, serán los periodistas.
Norberto Mario Oyarbide, candidato a presidir la Corte Suprema del Bailando.
Las palabras de Oyarbide sobre el Bailando no fueron, desde luego, ni un chiste ni un exabrupto. En una entrevista de la revista Caras, Oyarbide contó que Tinelli le había ofrecido presidir la Corte Suprema del Bailando. "Fue una idea de Marcelo en una conversación al mediodía. Él estaba entusiasmado con convencerme. Me dijo que me veía sentado de frac en un sillón ampuloso y dorado. Como ninguno de los jurados es un juez real, a pesar de que son figuras destacadas, él quería que actuara como la Corte Suprema del Bailando por un sueño utilizando palabras adecuadas y veredictos simpáticos y de tonos agradables."
Oyarbide en Spartacus, en un momento de solaz y esparcimiento rentado.
Hay un antes y un después en la carrera de Oyarbide. Se llama "Spartacus". En 1998, Luciano Garbellano denunció que Oyarbide le vendía "protección" al prostíbulo y que recibía por ello una suma mensual de 15.000 dólares y los favores de los taxi boys del lugar. Oyarbide fue a juicio político y zafó. El modo en que zafó alimenta su leyenda. Hacían falta dos tercios de los votos de los senadores para destituirlo, pero ese día fue 11 de septiembre de 2001.
La voladura de las Torres Gemelas de Nueva York comprometió a varios senadores en asuntos más urgentes. Quedaron para la historia las imágenes del juez con un taxi boy en Spartacus, tomadas por las cámaras ocultas que filmaban a todos los famosos que iban al local.
El anillo de Oyarbide: una ganga de 250 mil dólares.
Desde ese momento, las balas no lo rozaron nunca más. Oyarbide recibió 43 denuncias en su contra y fue zafando puntualmente de todas y cada una de ellas .El diario La Nación descubrió que lucía un anillo valuado en 250 mil dólares pero ni esa ostentación difícil de justificar con su recibo de sueldo lo afectó.
En el año 2011 tocó La última Curda en el piano y cantó Beso a beso a dúo con Carlos "La Mona" Jiménez". El hecho le valió una denuncia en el Consejo de la Magistratura por "actos ofensivos al decoro de la función judicial". El argumento de los denunciantes era que no tiene nada de malo que alguien se divierta, pero que es preferible que un juez sea discreto y prudente. Oyarbide, habitué de Esperanto, tenía otro concepto de la discreción y la prudencia.
En 2011, también,asistió al carnaval de Gualeguaychú. Fue entrevistado por varios canales. Las cámaras lo muestran en un especial estado de alegría. También muestran cuando, sentado en la primera fila, una chica menea su culo delante de él una y otra vez.
En 2012, Oyarbide tuvo la idea de asistir a un partido de exhibición entre Roger Federer y Juan Martín del Potro en el Tigre. Era un buen plan, desde luego, para cualquier afecto al tenis excepto para él: lo putearon desde los cuatro costados del estadio.
Pepepepepepé... Fiesta con Daniela Cardone y amigos.
A fines de 2014, la modelo Daniela Cardone subió a las redes sociales fotos de una fiesta de fin de año rodeada de amigos faranduleros, modelos y etc. En la fiesta estuvo presente Liz Fassi Lavalle, ex esposa de Omar Fassi Lavalle -secretario de Turismo durante el menemismo- condenada por evasión impositiva y no faltaron números del baile del caño. Días atrás, el juez había celebrado sus 20 años en la Justicia con un almuerzo en el Abasto. La estrella del almuerzo fue Florencia de la V, una de sus mejores amigas.
Ahora, todo eso empieza a ser parte de la historia. Liberado de la obligación de administrar Justicia que jamás se tomó en serio, Oyarbide seguirá divirtiéndose con sus amigos. Su excelente posición socioeconómica le permitirá vivir la vida loca sin ninguna clase de culpa. Como siempre.