Lourdes Arrieta habló fuerte y claro tras su visita a genocidas en el penal de Ezeiza donde residen hace más de 20 años los condenados por delitos de lesa humanidad. Arrieta no fue sola sino en compañía de otros cinco diputados de La Libertad Avanza con un solo objetivo: brindarles el beneficio de la prisión domiciliaria.
"Me lo recomendó uno de los diputados a un sacerdote a un tal (Javier Herrera) Ravassi que me hablaba acerca de unos presos políticos que no tenían condena y que estaban buscando un juicio justo", dijo Arrieta en diálogo con el programa Argenzuela.
El diputado en cuestión es efectivamente Beltrán Benedit que, según Arrieta nunca le dijo que los octogenarios que visitarían eran los genocidas más crueles de la historia argentina: "Nunca le presté mucha atención porque no era mi prioridad por la agenda que tengo", alegó.
En contraposición, le dijeron que era una visita humanitaria y, en ese sentido explicó: "Por un lado quería aclarar que es evidente que yo estuve frente a una población de adultos mayores que por el transcurso de los años, más de 20 años... Las caras eran muy difíciles de reconocer. Por eso no sabía que era Astiz", dijo Arrieta y continuó: "Por otro lado, nunca se habla de que eran represores sino que eran presos o presos políticos".
En ese sentido, la diputada libertaria confesó: "Cuando el diputado Beltrán sube al grupo lo de las visitas se me dieron las garantías de que era una visita oficial institucional porque nos pusieron a disposición una combi, salimos del Palacio, no parecía nada anormal sino una visita de una comitiva de diputados de la Nación que íbamos al penal de Ezeiza".
Según su relato, no fue esa la única visita sino que hubo dos. Al parecer, ambas fueron avaladas por la Cámara que preside Martín Menem aunque cuando fue consultada sobre la participación del presidente no supo qué contestar.
En cuanto a la denuncia que realizó públicamente por haberse sentido engañada por los demás Diputados, Lourdes comentó que lo hizo por dos razones: "La búsqueda de la verdad de quiénes son los responsables y porque a mí no se me dijo que íbamos a visitar a Astiz", dijo y contó las intimidades del viaje: "En un momento en el viaje se leyó un listado de personas que supuestamente se podían entrevistar, pero yo me quedo dormida.
Habíamos tenido una semana muy intensa por lo que fue ir a Tucumán y me quedo dormida y cuando llego, todo normal, no nos revisaron, no nos tomaron los teléfonos". La situación de la requisa inexistente le llamó la atención a la Diputada que sumó: "Con el cansancio mental y físico, yo me pongo a investigar, veo que hay algo raro. Trato de comparar quién era quién y me doy cuenta de que son los genocidas", dijo contundente.
Ya adentro, contó que Alfredo Astiz, más conocido como "El Ángel de la Muerte", la miraba fijamente: "Lo reconozco por el lunar, por las cejas me pongo a buscar quién era esa persona y me llamó la atención porque él me dijo, 'yo sabía que ibas a venir' lo que me generó una alerta de cómo sabía y también sabía que mi papá era veterano de guerra y me sentí un poquito incómoda en ese sentido. También me dijo que me seguía", expresó con cara de terror.
Contó también que dentro del penal, los genocidas pidieron medicamentos, calefacción, una ambulancia pero también reclamaban que estaban hace más de 20 años en prisión, esperando un juicio. Arrieta contó que fue ella misma quien propuso tomar la fotografía que se hizo viral en las últimas horas "por una cuestión de respeto institucional y al equipo del servicio penitenciario", alegó.
Pedido de perdón y arrepentimiento
Consultada sobre cómo está viviendo las últimas horas, Arrieta expresó: "Me avergüenzo y me arrepiento por haber confiado en los colegas que me insistieron a ir al penal. En mi inexperiencia también porque el fenómeno Milei nos arrastró a varios en buena hora y uno que está aprendiendo a hacer política; uno está aprendiendo a no confiar, a no confiar en la palabra del diputado que lo organizó y al presidente del bloque porque él dio el aval para que se llevará adelante esta visita", expresó.
Arrieta confesó que se sintió presionada para asistir a aquella reunión: "Eran reiteradas las invitaciones a un domicilio en la calle Montevideo, nunca les presté tanta atención hasta que después vi un mensaje de este señor Ravassi reiteradas veces. Beltrán en el Tedeum mismo y anteriormente me insiste, me dijo que la visita era 'importante y patriótica' hasta que terminé cediendo por la presión entendiendo que también me habían invitado a otras visitas al penal anteriormente pero siempre había dicho que no. Acepté, lamentablemente".
Finalmente, Arrieta expresó: "En lo personal salí a hablar sobre lo que a mí me había pasado, estaba mi cara en todos los medios con los genocidas. Me echaron la culpa a mí y me señalaron a mí porque lo querían tapar pero después se dieron cuenta que no se podía tapar el sol con un dedo. Era mi credibilidad y honorabilidad o la de ellos", dijo y continuó: "Me esforcé mucho para llegar a este lugar, vengo muy de abajo, tengo que valorar también que no tengo ningún otro deseo que servir a la patria".
Lourdes Arrieta también explicó que desde el entorno libertario hubo mucha presión para que no salga a hablar y hay más, contó que desde el poder que preside Javier Milei también hubo advertencias: "Desde el Ejecutivo mandaron a decir que me calle", expresó la libertaria.