Poco a poco se irá reconfigurando el mapa geopolítico de América Latina. Después de la victoria de Gabriel Boric en Chile, los ojos de la región se focalizan tanto en las elecciones que tendrán lugar el año que viene en la Argentina, como lo que sucederá el próximo 2 de octubre en Brasil. Tal y como se esperaba, Luiz Inácio Lula da Silva será el candidato por el Partido de los Trabajadores (PT) y enfrentará al actual presidente, Jair Bolsonaro.
"Estoy acostumbrado a participar en elecciones. Tendré el lanzamiento de mi solicitud el siete de mayo y luego quiero recorrer Brasil", confirmó desde su cuenta de Twitter, para luego anticipar en una entrevista para una emisora del municipio de las Palmas que no hará campaña virtual, sino que bajará a territorio: "No quiero quedarme haciendo lives, quiero viajar por Brasil; quiero abrazar, quiero besar, quiero saludar a lagente de cada estado brasileño porque es esta conexión química de la relación entre los seres humanos la que hará que la gente decida a quién votar en octubre".
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Si bien recién en mayo se conocerá quién será su compañero de fórmula, el ex primer mandatario ya aceitó una alianza con el Partido Socialista Brasileño, quien designó a Gerardo Alckmin como candidato a la vicepresidencia en una fórmula conjunta.
"Necesitamos la experiencia de Alckmin y mi experiencia para arreglar Brasil. Tengo la certeza de que el Partido de los Trabajadores aprobará su nombre como candidato a vice", precisó semanas atrás el propio Lula, al ser consultado sobre quién lo acompañaría en la boleta, al tiempo que sumó: "Este acuerdo permitirá construir lo mejor de la política brasileña, para que podamos ganar las elecciones en 2022; vamos a sumar esfuerzos para reconstruir y redemocratizar el país ante un gobierno que atenta contra la democracia y contra las instituciones".
¿Qué escenarios ya barajan las encuestadoras del país vecino? Los números de Lula son alentadores para la primera vuelta: de acuerdo al sondeo de opinión de PoderData, Lula se quedaría con el 40% de las intenciones de voto, frente a un Bolsonaro que araña el 35%. Todo esto, claro, si las elecciones se realizaran ahora. En tanto, la consultora Quaest le dio una ventaja aún mayor, con una intención de voto de entre el 44% y el 46% en la primera vuelta, frente a un Bolsonaro que obtendría entre el 29% y 32%.
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Lula anticipó un escenario de polarización electoral, en el que las dos fórmulas competirán voto a voto. Y en todas las encuestas que contemplan una eventual segunda vuelta entre el candidato del PT y Bolsonaro, la diferencia a favor del ahora ex primer mandatario se amplía, posicionándolo como el favorito en ambos escenarios.
"No hay forma de defender una política de desarrollo, porque Bolsonaro no tiene una. Paralizó las fábricas de fertilizantes que estábamos construyendo y cerró cuatro fábricas en el país. Para poder construir un país industrial es necesario invertir en ciencia y tecnología", destacó días atrás Lula en un mensaje directo para el empresariado brasileño.