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No viajará más en turista, tampoco en business. No habrá selfies con viajeros a bordo, ni azafatas que lo atienden distinto que a los demás. El presidente Mauricio Macri se subirá en las próximas semanas a su propio avión, un jet alquilado, que usará como transporte oficial para las giras protocolares y los viajes oficiales.
Finalmente y después de varias idas y vueltas, el Gobierno nacional desestimó la idea de comprar un nuevo avión para el Presidente, en reemplazo del Tango 01, que tuvo que ser sometido a un chequeo que lo borró de la flota oficial para siempre.
Macri quiere un jet privado para sus viajes oficiales. Lo tendrá en formato de leasing.
Luego de varias consultas con especialistas en aeronavegación y pilotos oficiales para estimar cuál es la mejor nave para el titular del Ejecutivo se consensuó que sea un jet “eficiente, chico y moderno”.
La Gulfstream 550 es, también, la que elige Tinelli para sus viajes.
Hay tres nombres en análisis: alguno de los modelos tope de gama de las estadounidense Gulfstream (una de las naves que suele pedir Marcelo Tinelli en sus viajes), un modelo nuevo del Global Express (similar al que se muestra en la cabeza de esta nota) y alguno de los modelos Falcon, que no tiene nada que ver con la nave insignia de la Guerra de las Galaxias.
Falcon, otro de los modelos que evalúa De Andreis y su equipo.
Incluso, la decisión no dependerá del todo de Macri porque hace unos días el Gobierno envió una consulta oficial a ?la International Civil Aviation Organization (ICAO), con sede en Canadá, para que ofrezcan una propuesta sobre cuál es la mejor nave para la comitiva oficial, en función de las exigencias del Poder Ejecutivo.
Cómodo y funcional: el interior del Falcon.
El Presidente pidió que sea un jet rápido, de pequeña escala, cómodo y moderno y con la última tecnología a bordo. Reclamó disponer de unas 14 plazas para ir acompañado de sus funcionarios más cercanos, un lugar donde puedan descansar los pilotos y, por ejemplo, que pueda volar desde Buenos Aires hasta Madrid sin hacer escalas.
La ICAO hará su recomendación en los próximos días.
Además, la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Fernando de Andreis, decidió que el Gobierno no compre la nave, si no que la “alquile” con un esquema similar al del leasing de los autos, pero para jets de millones de dólares.
Ya no habrá selfies con pasajeros de los vuelos de línea.
El costo promedio de una nave nueva como la que busca Macri es de unos US$ 70 millones. Pero el presupuesto que manejaban en el primer piso de la Casa de Gobierno oscilaba en los U$S 54 millones. Con el leasing cambia todo el escenario.
En la Argentina hay muy pocas unidades de los aviones que quiere el Presidente. Son pasajeros frecuentes de ellas los empresarios más importantes de la Argentina. Eduardo Eurnekian, los Bulgheroni y Gregorio Pérez Companc suelen transportarse a sus viajes de negocios en jets de este tipo. Por la eficiencia, la comodidad y el lujo a bordo que ofrecen. Y muy pronto, para nos ser menos, también lo hará el Presidente.