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Macri, de campaña: de la "obsesión" por coquitos y facturas a la recorrida de obras

El presidente visitó 3 de Febrero y compró una docena de facturas. Los otros antecedentes "dulces" de Macri en plena campaña.

24 Julio de 2017 13:01
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No es la primera ocasión que Mauricio Macri hace un timbreo. Pero tampoco es la primera ocasión en que el presidente elige pasar por una panadería, como parte del itinerario de la recorrida. Sea donde sea. Lo hacía en sus tiempos como jefe de Gobierno porteño, lo repitió en la campaña presidencial de 2015 y lo reiteró el año pasado. La “obsesión” del mandatario por los “coquitos”.

Envuelto en la campaña legislativa que comenzó formalmente unos pocos días atrás, el presidente se sumó hoy a una nueva jornada de recorrida junto a candidatos. Macri desembarcó a 3 de Febrero, el partido donde en 2015 cosechó un triunfo por amplia diferencia. Recorrió obras del Metrobús sobre la Ruta 8 y estuvo rodeado por el intendente oficialista Diego Valenzuela. Ni Esteban Bullrich ni Gladys González estuvieron presentes. Tampoco la gobernadora, María Eugenia Vidal, la dirigente de Cambiemos con mejor imagen positiva en la Provincia.

Hoy, en 3 de Febrero. El presidente estuvo en 3 de Febrero y volvió a comprar facturas.

En plena recorrida, Macri hizo una parada: entró a varios comercios, pero la foto oficial llegó cuando entró a una panadería, en Villa Bosch. De allí se fue con un pequeño paquete. Según medios presentes, compró facturas: una docena por $ 70, que abonó el propio Valenzuela. Sin embargo, la “obsesión” del jefe de Estado por los dulces pasa por otro lado: los “coquitos”, un dulce sencillo, que requiere al menos dos huevos, 60 gramos de azúcar, harina, coco rallado y un poco de manteca derretida.

Macri y la bolsa de "coquitos", el delicioso dulce que cautiva al presidente.

Un año atrás, BigBang contaba que los “coquitos” son una de las perdiciones del presidente. Ya en la campaña de 2011, cuando recorría los barrios buscando su reelección, cada panadería que visitaba se transformaba en la excusa perfecta para llevar consigo una pequeña bolsa de los deliciosos bocados dulces. Casi como si se tratara de un souvenir, pero comestible y de su agrado.

Facturas de campaña. No es la primera vez que Macri compra dulces en una recorrida.

En las elecciones de 2015, tanto en los comicios a jefe de Gobierno como en las presidenciales de octubre, Macri llegó con una bolsa pequeña de facturas. De allí les convidó a las autoridades de mesa, en la escuela en la que le tocó emitir su voto.

Lo que en otra ocasión hubiera una bolsa repleta de coquitos, esta mediodía fue un paquete de facturas. Como sea, al presidente lo vuelven loco los dulces en general. En alguna ocasión llegó a tener en su despacho una caja de bombones, y solía comer varios al día. A algunas recorridas de campaña asistía, en el pasado, con chocolates “Shot”.

En enero de 2016, el presidente sufrió una fisura en una costilla, por lo que los médicos le recomendaron evitar el deporte. Para mantenerse en forma, y por pedido de la primera dama, Juliana Awada, abandonó el hábito de los bombones: lo cambió por una caja de alfajores en el escritorio de su despacho. Un día de mucha ansiedad -como los que puede llegar a ofrecer la Argentina, y más en época de campaña- podría haberse comido, uno a uno, una caja entera de bombones.

Un año atrás, BigBang contó que con los alfajores eso ya no le ocurría. Y de hecho, a cada persona que lo visitaba en su despacho de la Casa de Gobierno le ofrecía gustoso un alfajor. “Así no engordo”, remataba.

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