Lejos de la coyuntura política y la compleja herencia que Mauricio Macri debió enfrentar en sus primeros 100 días de Gobierno, el Presidente brindó detalles de la intimidad de su día a día en una extensa charla con La Cornisa.
Macri contó intimidades de su vida tras convertirse en Presidente.
“Me levanto a las 6:45 y me acuesto a la medianoche”, comenzó el mandatario al referirse a sus extensas jornadas de trabajo. Desde hace semanas, Macri se mudó a la Quinta Presidencial de Olivos, lugar sobre el que dijo “estar acostumbrándose” pese a que advirtió que extraña el departamento de avenida Libertador en el que vivía junto a su esposa Juliana Awada y la pequeña Antonia.
El Presidente dijo "estar acostumbrándose" a la quinta de Olivos.
“Me mude a la casa de huéspedes hasta que terminen la principal. Te diría que me estoy acostumbrando, aunque espero sentirme cómodo. Había mucho abandono, Juliana le está poniendo su mano”, explicó en torno a los cambios estéticos que el matrimonio está imprimiendo en el lugar.
El ex jefe de Gobierno porteño dijo que pese a conducir los destinos del país, “no cambió sus hábitos” y contó que sigue atendiendo el teléfono a las “mismas personas de siempre”. En ese sentido advirtió que continúa yendo a terapia tal como lo hace desde hace 15 años: “Me sigo analizando dos veces por semana”.
Intimidad familiar. Macri resaltó la importancia de su familia.
La vorágine de su agenda diaria obligaron a Macri a no llevar más dinero ni tarjetas de crédito consigo, e incluso, según reveló, a veces “se olvida el documento”. Sus jornadas laborales se extienden durante los días sábados y domingos.
A diferencia de sus antecesores, Macri redujo a la mitad el número de integrantes de la seguridad presidencial, es por ello que ya no se observa una ola de hombres de traje detrás de la figura del jefe de Estado.