07 Septiembre de 2015 14:24

Se esforzaron por desmentirlo. Pero sus asesores lo ratifican: Mauricio Macri y Sergio Massa se vieron las caras, al menos una vez, en los últimos días, y ya tejen un escenario conjunto post primera vuelta, si es que alguno de los dos logra alcanzar el ballottage contra Daniel Scioli, el enemigo común a vencer en octubre.
Tras la foto conjunta en reclamo por las irregularidades en las elecciones en Tucumán, el vínculo entre ambos comenzó a hacerse más asiduo, en especial a través del chat de Blackberry, el mensajero por excelencia que suele usar el jefe de Gobierno porteño con una “M” como nombre de usuario. Massa todavía sigue usando esa marca de teléfono. Se niega a mudarse a iPhone o Android, él construye a través del BBM, el sistema de mensajes insignia de Blackberry.
Uno de los últimos encuentros públicos de los candidatos, en la cena de Conciencia.
A diferencia de Massa, que desarrolla cada tema, el líder del PRO tiende a los monosílabos. A pesar de ello, el contacto comenzó a ser más frecuente entre ambos. Mensaje va, mensaje viene y finalmente se encontraron cara a cara. El primo de Macri, Jorge -intendente de Vicente López y amigo de Massa- ayudó a acercar posiciones.
En este marco, Macri y Massa se habrían reunido en la casa del jefe comunal, en su piso de Libertador y Salguero, en pleno corazón de Recoleta, hace unos 10 días. Se trata del mismo departamento donde no sólo vive con Juliana Awada y su hija menor, Antonia, sino donde le ofreció a Gabriela Michetti la candidatura a vicepresidenta. Allí se escribió parte de la historia del PRO.
Ambos candidatos hoy lo niegan públicamente, pero BigBang supo que el encuentro fue real. Habrían acordado un esquema conjunto de fiscalización (con 25 mil personas en todo el país) y una suerte de “paz electoral” para no enviar filosos dardos que afecten la posibilidad de uno u otro de llegar a la segunda vuelta.
Según publicó ayer el diario Clarín, del cónclave habría participado también el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, quien jugó en las primarias de agosto en el espacio del líder del Frente Renovador. Entre otros temas, hubo uno que los acercó: el enemigo político a vencer es Scioli y el Frente para la Victoria. A pesar de los esfuerzos del gobernador bonaerense
“A Sergio lo vamos a necesitar si llegamos a la Casa Rosada”, describe a BigBang uno de los operadores del macrismo. Según explicó, el asesor ecuatoriano estrella del PRO, le dijo a Macri que para gobernar iba a necesitar del ex intendente de Tigre y su estructura de dirigentes peronistas para armar un gobierno de coalición.
En el bunkers de campaña de uno de ellos acaban de terminar una encuesta telefónica (IVR) que resultó motivante. A Scioli le dió 38 %, a Macri 29% y a Massa 21%. Las aspiraciones de ambos son similares: buscan que Scioli pierda votos y no supere el 40%. Massa en cambio sueña con llegar al 25% antes de las elecciones para “convencer” al electorado de que él también pueder competirle la Presidencia a Scioli. Macri, en cambio, busca pasar los 30 puntos. Cree que los radicales le prestarán parte de su voto y quedará a unos 7 puntos del candidato K.
El Gobernador salió a “deskirchnerizarse”. Prometió un gabinete económico sin kirchneristas puros.
En ese sentido, tras la cena, massistas y macristas comenzaron a reunirse asiduamente. De ese encuentro Patricia Bullrich (PRO) y Graciela Camaño (FR) comenzaron a trabajar juntas en el Congreso para una reforma electoral, mientras que operadores de ambos (Jorge Macri y Diego Santilli por el macrismo) se juntaron en un par de oportunidades para explorar opciones de futuros acuerdos post octubre.
“Lo que ya discutimos es la foto del día después. Aún no está resuelto, hay conversaciones para ver cómo acordamos, pero la voluntad está”, confiesa uno de los dirigentes del PRO, sobre esta nueva etapa de acercamiento entre los dos candidatos más fuerte de la oposición.
Hasta Elisa “Lilita” Carrió, la más reacia de Cambiemos a incorporar a Massa, cambió su postura en el programa de Mirtha Legrand: “En segunda vuelta puede haber acuerdos con el PJ disidente”, anticipó en un claro cambio de estrategia -menos combativa- para con el el Frente Renovador. Es que Carrió necesita que Macri gane las elecicones. Es parte de su estrategia para negociar una embajada fuera del país y tener un 2016 más tranquilo, alejado de las denuncias de corrupción.