Mauricio Macri y sus asesores decidieron cambiar los planes para el primer 25 de mayo de Cambiemos en la Casa Rosada. El presidente participará del Tedeum, pero después de pasar por la Catedral Metropolitana no encabezará el acto que había previsto en la Plaza Colón, sino que volverá a la Quinta de Olivos para comer un locro.
La última vez que el presidente revolvió un locro.
La modificación de la agenda tiene "culpables" bien identificables: los grupos piqueteros que protestan contra las políticas socioeconómicas oficiales. En la víspera del aniversario patrio, el acampe en la Plaza de Mayo empezó a armarse esta misma tarde.
La protesta que convocan el Frente Popular Darío Santillán y otras agrupaciones (Polo Obrero Capital, Federación de Organizaciones de Base, Movimiento Resistencia Popular) tiene el objetivo de "trabajo para los desocupados y aumento salarial".
El Frente Darío Santillán encabezó las protestas.
Después de la marcha desde el Obelisco y el corte en Diagonal Norte y San Martín, los manifestantes le exigieron al gobierno porteño la reincorporación de 250 personas en puestos de trabajo de la ciudad y un aumento del 40% para cooperativistas.
Reclamos por aumentos y reincorporaciones.
El locro que Macri compartirá con sus funcionarios -aseguró Clarín- iba a celebrarse en la plaza contigua a Casa Rosada, una invitación extendida a referentes sociales liderados por su amiga Margarita Barrientos, fundadora del comedor Los Piletones.
En la conferencia que dio esta tarde junto al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, Marcos Peña aseguró que la decisión del Poder Ejecutivo se debe a su deseo de que más argentinos conozcan un espacio histórico como la Quinta de Olivos, cerrado al público durante las administraciones kirchneristas.
Peña aseguró que el festejo se trasladó pensando en la ciudadanía.
Siempre optimista, el jefe de Gabinete concluyó su presentación planteando que el Gobierno comparte "el mensaje del papa Francisco de que el trabajo es la base de la dignidad del hombre".