13 Marzo de 2017 21:00
Si algo no se negocia ni se modifica, eso es el rumbo económico, la principal demanda de la CGT.
La conclusión principal de la mesa chica del gobierno que se reunió en Casa Rosada es clara y contundente: Mauricio Macri no va a cambiar.
El Presidente ratificó ante sus principales espadas que mantendrá el "rumbo económico" de su gobierno y ordenó a los principales funcionarios no tomar ninguna medida de las reclamadas por la CGT para evitar el paro anunciado para los primeros días de abril.
Misión imposible: la CGT pide cambiar el rumbo ecónomico.
La directiva del Presidente a su equipo es apostar a las "negociaciones con los gremios, por sector", para resolver problemas puntuales de cada actividad.
A partir de esta directiva los ministros de Trabajo, Jorge Triaca y de Producción, Francisco Cabrera, tienen previsto reunirse entre mañana y el miércoles con representantes de los gremios del calzado, textiles, cerámicos y metalúrgicos (SMATA), sectores que forman parte de la CGT y acusaron al gobierno de permitir una "avalancha de importaciones".
De la reunión de Coordinación que presidió esta mañana Macri en la Casa Rosada, participaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la vicepresidenta Gabriela Michetti y los vicejefes de gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.
Macri se reunió con la mesa chica. En el año electoral, la orden es no ceder.
Para el gobierno, el problema no son ni los salarios, ni el desfasaje de paritarias de 2016, ni la inflación, sino el 40 por ciento de trabajadores en negro. Por eso, Cambiemos repite tras lo cual insistió en que el gobierno "no convocará a una paritaria docente nacional" como reclama la CGT y los gremios docentes.
Según informó la agencia DYN, el encuentro del Presidente con la mesa chica no fue lo único importante de la jornada. Peña encabezó después una cumbre junto al estratega electoral del gobierno Jaime Durán Barba, un cónclave con el equipo de comunicación del Gobierno nacional en el salón Sur de la Casa Rosada.
Durán Barba, decisivo en la campaña de 2015. Vuelve a pesar fuerte.
Allí plantearon la necesidad de unificar el discurso ante lo que el oficialismo considera "intentos de desestabilización de un grupo" que ubica entre "el kirchnerismo y sectores de izquierda".
Esa estrategia de comunicación es la que el Presidente estrenó anoche en televisión y todo indica que se profundizará a medida que avance el año electoral: defender lo hecho y cuestionar a los que gobernaron las últimas tres décadas con los resultados que están a la vista.
Ese discurso fue el que le sirvió a Cambiemos para ganar las elecciones presidenciales. ¿Servirá -casi dos años después- para hacer campaña?