por Matias Ayrala
22 Octubre de 2022 08:00La campaña para las elecciones 2023, ya empezó y Mauricio Macri empezó a jugar fuerte. Listo para pelear dentro y fuera de Juntos por el Cambio, y sobre todo marcarle los límites del poder al resto de los precandidatos de la oposición, el ex presidente comenzó a recorrer el país. Su primer destino fue Paraná, Entre Ríos, en donde se mostró con el ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio; Miguel Ángel Pichetto, el exsecretario general de la presidencia, Fernando de Andreis; y el ex senador Ramón Puerta.
Y en búsqueda de votos, Macri le dio un mensaje directo a los sectores agropecuarios, clásicos seguidores de Juntos por el Cambio. "Espero que pronto volveremos a sacarle la pata de encima al campo", dijo el empresario. Y siguió sobre su probable candidatura: "Yo no estoy especulando. Estoy convencido de que mi tarea es reforzar el 'para qué' vamos a volver al poder, reforzar ideas y valores más allá de los roles personales. Hoy los argentinos están nuevamente por delante de la dirigencia, quieren más cambio, no menos; quieren más libertad, no menos".
Luego opinó sobre el rol que “el campo” puede tener sobre los negocios del planeta: "Argentina puede más que duplicar la cantidad de alimentos que le ofrece al mundo. Espero que pronto podamos sacarle la pata de encima a los productores del campo". Y también afirmó: "Estamos en un fin de época, tal vez donde se inventó el populismo va a ser el primer lugar que deje atrás el populismo. La situación económica y social es muy angustiante, se vienen 20 años de crecimiento en la Argentina. Pero tenemos que estar más juntos que nunca, porque van a volver a tirar piedras, y oponerse a los cambios".
¿Algo de todo lo que dijo se condice con lo que sucedió durante su gestión entre 2015 y 2019? La verdad que no. De hecho, fue su gobierno el que prometió “sacar la pata” al campo y después le puso los dos pies. Esta historia se cuenta de manera cronológica: En diciembre de 2015, Macri asumió como presidente de la Nación. Lo primero que hizo, junto a su ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, fue eliminar el cepo cambiario, que hizo saltar el dólar de $9,8 a $14 en su primer día de Gobierno. Su segunda decisión fue prometerle a los sectores vinculados al campo la eliminación de las retenciones.
“Llegó el día que tanto esperaban”, les dijo a los miembros de la Mesa de Enlace y a las autoridades de la Sociedad Rural Argentina, que habían hecho lobby a favor de Cambiemos a lo largo de toda la campaña. Por eso, Macri eliminó los impuestos a la exportación para el trigo del 20% y al maíz del 23%. También bajaron las alícuotas de retenciones sobre la soja: del 35% pasaron al 30%.
En el fragor de las medidas y mientras los productores celebraban, (los mismos que habían hecho incontables cortes de rutas entre 2008 y 2015, en plena gestión de Cristina Fernández de Kirchner, donde tuvieron ganancias récords) Macri también prometió reducir la alícuota a la soja a un 5% durante cada año de su gobierno hasta que en 2022 sea eliminada. Por supuesto, tras la dura derrota en primera vuelta en 2019, solo pudo bajar al 18%. En el medio, y tal como dijo Macri durante un discurso en 2018, “pasaron cosas”.
El puñal por la espalda agraria
La crisis del gobierno macrista llegó a su punto cúlmine en medio de especulación financiera por parte de los grandes grupos económicos, devaluaciones constantes, falta de ingresos de dólares, freno en el consumo interno, industrias destrozadas, producción en caída libre, inflación galopante y mientras en las calles se multiplicaban los despidos, la pobreza, el hambre, el descontento y las marchas en todo el país.
Frente a ese escenario, Macri dio marcha atrás y decidió romper una de sus promesas con el campo: subió las retenciones. El secretario de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Pedro Apaolaza, aseguró sobre aquel accionar de Macri: “El campo fue traicionado por el gobierno de Macri. No haber protestado en ese momento por el aumento en las retenciones a las exportaciones de soja es una carga de conciencia para muchos productores”.
Pero ya era tarde para los productores agropecuarios. El Gobierno de Cambiemos había dispuesto un nuevo esquema de retenciones: cobrarían 4 pesos por dólar exportado para las exportaciones primarias y 3 pesos a las que tienen valor agregado. Al tipo de cambio de septiembre de 2018, con un dólar que valía 40 pesos, el nuevo tipo de retención llegó a 11%. En ese sentido, la alícuota sobre la soja saltó de 18% a 29%. Desde los sectores del campo mostraron su enojo. El Gobierno que habían soñado por años, les clavaba un puñal en la espalda.
¿Cuándo hicieron el paro con corte de rutas? Nunca. Sin lock out patronal, ni piquetes en las provincias, ni tractorazo sobre Buenos Aires como han realizado, con determinación y puntualidad, en los gobiernos peronistas, el campo no expresar su bronca a través de medidas. La opción que eligieron fue darles palabras de “enojo” a Macri. En 2018, Carlos Iannizzotto, titular del Coninagro, había afirmado: “Los anuncios del gobierno de Macri no han sido una buena señal para el campo ni para la economía. Han tenido una mirada fiscalista y la solución es la que hemos visto muchas veces: más impuestos. No hay un mensaje claro de mayor productividad y empleo".
Otro que habló contra las medidas de Macri y anunciadas por el entonces ministro Nicolás Dujovne fue Omar Príncipe, entonces presidente de Federación Agraria, que dijo: “No son buenas noticias. Se condena otra vez a los pequeños y medianos productores, sin diferenciarlos, a pagar más para sostener la timba financiera y al FMI". En tanto, Dardo Chiesa, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), afirmó: “Las retenciones son un mecanismo nefasto. Y lo que hizo el Gobierno lo vemos con muchísima preocupación".
Los últimos en hablar sobre la medida fueron los dirigentes de la Sociedad Rural, por entonces presidida por Daniel Pelegrina, luego de que Luis Miguel Etchevere fuera designado por Macri como ministro de Agroindustria. "Los derechos de exportación son instrumentos distorsivos que desalientan la producción, la inversión, el empleo y el comercio exterior, como quedó demostrado en varias oportunidades a lo largo de la historia", afirmaron en un comunicado.
Y finalizaron: "Nos hacemos eco del mensaje del Presidente que nos convoca a todos los argentinos a trabajar juntos para sacar al país definitivamente de la crisis y terminar con la corrupción. El campo continuará una vez más, colaborando con toda iniciativa que apunte a proyectar a nuestra Nación definitivamente en el sendero del desarrollo". Básicamente, la Sociedad Rural les marcó la cancha al resto de los productores. No habría marchas ni piquetes por las retenciones. Y cumplieron.
De hecho, el magnate sojero Gustavo Grobocopatel admitió: “El sector está contento con el gobierno de Macri. Pero también está pagando muchísimo dinero en impuestos, probablemente más que en la época de Cristina de Kirchner. Pero, más allá de eso, la sensación que tiene el sector es que tiene en Macri un interlocutor válido. En el campo estamos mal, pero contentos. Pagamos más, pero contentos”.
Por entonces, Dujovne explicó sobre el enorme incremento de retenciones por el préstamo y consiguiente deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por más de 45 mil millones de dólares (que terminarían fuera del país al finalizar la gestión de Macri). En ese sentido, el entonces ministro dijo que el objetivo era llegar al "déficit cero" para 2019. Según los cálculos de la cartera de Hacienda, la suba descomunal en las retenciones harían aumentar en 280.000 millones de pesos las arcas del Estado para 2019. Por supuesto, eso no nunca pasó.
Pero Macri les guardaría un premio consuelo a los dueños del país, a los productores medianos y también a los pequeños trabajadores. Con la mayor parte de las encuestas en su contra, una imagen pública destrozada y la vuelta de Cristina Kirchner al ruedo político, Macri en plena campaña electoral de 2019 y desesperado dispuso que ciertos sectores del campo comenzaran a pagar 3 pesos por dólar exportado en lugar de los 4 pesos que venían abonando. La Mesa de Enlace le aplaudió de pie. El 9 de diciembre de 2019, Macri entregó el mando a Alberto Fernández. Su gobierno había terminado con aumentos en las retenciones y sin ningún paro del campo.