"Si tienen alguna inquietud sobre el tema Malvinas, está la canciller en la embajada para cualquier consulta", se había excusado hoy, llamativamente, Mauricio Macri cuando los periodistas que cubrían su gira por Roma para visitar al Papa Francisco le preguntaron sobre el anuncio de Gran Bretaña de los inminente ejercicios militares en la Isla Soledad.
El presidente encabezó un encuentro con embajadores argentinos en representaciones europeas.
Por eso, la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, mostró luego su "desazón" por el lanzamiento de misiles británicos desde el territorio en disputa, reconocido incluso por las Naciones Unidas, que tendrá lugar entre el miércoles 19 y el viernes 28 de octubre, entre las 11 horas y las 23 horas.
La canciller insistió en buscar una solución pacífica al conflicto por Malvinas, como lo pide la ONU.
"Me produjo una gran pena que se continuara este año con esta práctica", aseguró la canciller. Por su parte, el vicecanciller, Carlos Foradori, primero ironizó al declarar que "el señor presidente de facto Leopoldo Galtieri ha dejado de tener la titularidad del Poder Ejecutivo" y luego convocó al embajador británico, Mark Rent, para exigirle explicaciones.
El vicecanciller Carlos Foradori le exigió una explicaciones al embajador británico Mark Rent.
Malcorra también consideró que los ejercicios militares británicos suponen "una presunción de una hipótesis de conflicto" que cree ampliamente superado. En ese marco, insistió, el conflicto "se resolverá dentro del derecho internacional". De hecho, la ONU insta desde 1965 a través de la Resolución 2065 a acordar una solución pacífica.
En cambio, el consejero británico de las Islas Malvinas, Mike Summers, intentó minimizar el incidente diplomático al recordar que los ejercicios militares "de rutina" informados por el Servicio Hidrográfico de Gran Bretaña a su par local son realizados "año tras año": "Son ejercicios de defensa sin ningún propósito contra la Argentina".