05 Marzo de 2025 12:12

En un giro insólito, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció la redacción de un decreto para instalar un "botón silenciador" para periodistas y un estricto protocolo para las conferencias de prensa en Casa Rosada. Según las nuevas disposiciones, los comunicadores deberán asistir con saco y corbata, mientras que youtubers e influencers, sin mayor trayectoria ni credenciales claras, tendrán acceso prioritario al micrófono.
"Queremos jerarquizar el trabajo de prensa", afirmó Adorni en una entrevista con Luis Majul, quien, fiel a su estilo, no ofreció resistencia alguna a la polémica propuesta. Aunque la medida fue comunicada en esa oportunidad en julio de 2024, será ahora cuando empiece a implementarse aunque todavía no hay disposiciones claras respecto a ello.
Según relató el Secretaría de Comunicación y Medios, las medidas son sólo un intento por "ordenar" el acceso a las conferencias; Adorni no sólo ha impuesto un código de vestimenta, sino también la polémica introducción de un dispositivo diseñado para cortar las intervenciones incómodas de la prensa, que son la mayoría.
Adorni, que lidera la Secretaría de Comunicación y Medios, estructura que cuenta con más de 200 empleados dedicados a sostener la imagen pública del gobierno de Milei, asegura que estas decisiones buscan profesionalizar el diálogo entre el Estado y los medios. Sin embargo, desde varios sectores del periodismo calificaron las medidas como "autoritarias y sectarias".
Entre las nuevas normas, los periodistas deberán acreditar una trayectoria mínima y una relación de dependencia laboral con sus medios, un requisito complicado en un sector totalmente precarizado como lo es el periodismo y la comunicación en la era Milei. En contraste, influencers o youtuber como "Fran Fijap" (Franco Iván Jeremías Antunes Puchol) o "El Gordo Dan" (Daniel Parisini) podrían ser vistos con frecuencia en Balcarce 50, gracias a lo que algunos llaman un intento por "modernizar" el espacio mediático.
El presidente Milei, conocido por su discurso en favor de la libertad, parece contradictorio al permitir medidas que restringen y condicionan la labor periodística. Su defensa de debates en redes sociales sobre medios tradicionales refuerza un clima de polarización en el que los profesionales de prensa son cada vez más desplazados.
El botón silenciador es, sin duda, la propuesta más polémica. Diseñado para apagar los micrófonos de quienes formulen preguntas incisivas, Adorni lo justifica como una herramienta para "optimizar" el tiempo de las conferencias: "Es para evitar largas idas y vueltas", explicó contundente.
A estas disposiciones se suma la prohibición de celulares en modo sonido, bajo el pretexto de "evitar interrupciones", mientras se asegura que todo es "en beneficio de la calidad del trabajo periodístico". Sin embargo, lejos de representar una mejora, estas medidas parecen orientadas a limitar el acceso a información clave y proteger al oficialismo de cuestionamientos.
En un contexto de crisis económica sin solución a la vista, las decisiones de Manuel Adorni parecen más una estrategia para desviar la atención de los problemas de fondo. Los trabajadores de prensa -una vez más- son el blanco de maniobras que buscan acallar voces críticas y garantizar que las prioridades del gobierno pasen desapercibidas.