La estrategia oficial del presidente Mauricio Macri en estos días se define con una sola palabra: “mesura y cuidado ante los medios”. De la conferencia de prensa que dio la semana pasada, hasta la “entrevista” que tuvo en Instagram, cada palabra que salió de la boca del Presidente estuvo muy controlada. A esas interacciones se le sumó una columna de opinión que publicó ayer en Diario Popular.
El "ping-pong" de preguntas y respuestas que tuvo Macri vía Instagram.
A lo largo de varias líneas , Macri recordó la situación del frigorífico en Carcarañá, provincia de Santa Fe, que reabrió luego de varios años de estar cerrado y al que se refirió durante la conferencia de prensa. La antelación del anuncio del encuentro con los medios, que fue convocada cinco días antes, fue entre otras cosas para que en el oficialismo pudieran elegir cada una de las palabras que iba a decir Macri.
Varios de los ministros participaron en una especie de "coaching", donde cada uno de ellos le dio información sobre las posibles preguntas que podían llegar a recibir entre ellas el escándalo de los aportes truchos, inflación, crecimiento económico, corrida bancaria, y crisis.
A continuación la columna completa.
Trabajo argentino en las góndolas del mundo
"Hugo, Reimundo, Ezequiel, Emanuel y Lionel son empleados de un frigorífico en Carcarañá, Santa Fe, que hace unas semanas volvió a operar después de estar cerrado durante siete años. Fueron siete años de angustias, de incertidumbre, de no saber cuándo volverían a vivir de eso que saben hacer. Por eso, cuando los visité, una de las primeras cosas que me dijeron fue: 'Fuerza. Eso es lo que vamos a poner todos para que esto funcione'.
Estoy convencido de que así es como se construye el país que queremos. Con argentinos que apuestan al futuro, que contagian de esperanza al que tienen al lado y que confían en todo lo que son capaces de hacer, más allá de las dificultades. Porque el país que queremos no es una abstracción, no es algo ajeno: ese país somos todos nosotros y lo hacemos entre todos, cada día, con cada cosa que decimos, con cada cosa que hacemos, en cada decisión que tomamos.
En esta Argentina que estamos construyendo, todos somos protagonistas. Por eso celebro cuando compartimos noticias como ésta o como el hecho que mañana, por primera vez, va a salir desde Ezeiza un cargamento de carne patagónica a Japón. ¡Va a ser un día histórico!
Es mucho más que una muestra de confianza: es un verdadero orgullo. Porque, aunque probablemente los asados no sean como los que se hacen acá, en las churrasqueras olavarrienses, en apenas unos días nuestra carne se va a disfrutar del otro lado del mundo, en uno de los mercados más exigentes. Es también una muestra más de que se puede, de que podemos, de que, con esfuerzo, trabajo en equipo, reglas de juego claras y transparencia, podemos afrontar juntos los compromisos más desafiantes. Convertirnos en un país líder en exportación de alimentos y seguridad alimentaria es uno de ellos, y vamos por buen camino.
En los primeros cinco meses de este año exportamos 181 mil toneladas de carne bovina, casi un 60% más que durante el mismo período del año pasado, y para el año que viene nuestro objetivo es exportar medio millón de toneladas. Pero lo verdaderamente significativo va más allá de la cantidad: por cada 100 mil nuevas toneladas que logramos exportar, generamos 10 mil nuevos puestos de trabajo. Son 10 mil familias argentinas que encuentran el camino a partir de su esfuerzo personal.
Y esas ganas, ese entusiasmo por levantarse a trabajar esta tierra privilegiada es un sentimiento que late fuerte en cada rincón de la Argentina. Es gracias a los cientos de miles de hombres y mujeres que hacen de nuestra agricultura, ganadería y de nuestras economías regionales un motor de crecimiento, que en los últimos dos años y medio logramos abrir 69 mercados para más de 100 productos nacionales que tanto trabajo generan en distintos rincones del país.
Así, la miel argentina volvió a las mesas de los brasileros y los ecuatorianos; llegó nuestro cuero a las talabarterías mexicanas; nuestra lana se teje en la India y vacas, toros, yeguas y caballos de Cuba, Kenia y Qatar empiezan a tener ADN argentino. Todo esto significa más y mejor trabajo argentino, más historias que cambian para siempre, más sueños que se concretan para dar paso a proyectos nuevos.
Apenas empezamos este camino eliminamos retenciones y restricciones a las exportaciones, generamos consensos y empezamos un camino de integración inteligente al mundo. Los ganaderos respondieron, y aumentó la faena, la producción, y el consumo de carne. Haber cumplido casi la totalidad de la Cuota Hilton, que es la cantidad de carne vacuna que nos compra la Unión Europea, es gracias al compromiso y al trabajo de todos los argentinos.
Este es el resultado de un camino que elegimos como sociedad: el de un país que progresa a partir de bases sólidas, sin atajos. Por primera vez en la historia, pasamos de un Estado céntrico a un gobierno que impulsa el desarrollo de la Argentina en forma integral y federal. Y así estamos avanzando, contra viento y marea, pero con convicción, con la confianza de que el rumbo está claro, con el profundo deseo de que nos vaya bien a todos.
Estoy convencido de todo lo que los argentinos somos capaces de hacer, de que estamos a la altura de cualquier desafío y más listos que nunca. Y lo sé porque lo veo en cada lugar de la Argentina que tengo el privilegio de visitar. Lo veo acá, entre los bonaerenses, y en cada argentino que todos los días se esfuerza y se levanta con ganas de construir un país mejor.
No tengo dudas de que estamos ante una oportunidad histórica. Depende de nosotros aprovecharla al máximo y salir adelante a partir de todo nuestro potencial".