Momentos de tensión e incertidumbre se viven por estas horas en los diversos bunker de los pre candidatos presidenciales, Sergio Massa y Mauricio Macri.
El pico de máxima tensión se percibe en Tigre, donde Sergio Massa anunciará dentro de 48 horas, y en conferencia de prensa, su decisión más importante: bajarse o continuar con su candidatura a suceder a Cristina Fernández. Lo cierto es que la idea de llegar a un acuerdo con Mauricio Macri se cayó tras las negativas del jefe de Gobierno porteño y quien se cansó de ratificar hasta el hartazgo la candidatura bonaerense de María Eugenia Vidal.
Según cuentan los intendentes y operadores del Frente Renovador, hoy la idea de Massa no es bajarse. Ya lo descartó. Pero podría haber sorpresas.
Aunque el fin de semana se recluyó, Massa sigue adelante con su campaña presidencial.
Massa está convencido que si baja su candidatura beneficiará a Daniel Scioli al aumentar su ventaja sobre quien iría segundo en las encuestas de intención de voto, Mauricio Macri. Y además, de hacer lo que sus Intendentes le recomiendan, debería enfrentarse a una discusión con su compañero, José Manuel De la Sota. Es que el cordobés, en principio, le resolvería uno de los principales problemas: el financiamiento de la campaña. Se necesitan cientos de millones sólo para presentarse en las elecciones, imprimir boletas, hace algo de campaña y la infraestructura de logística -transporte y movilidad- necesaria para un candidato.
Entre sus anuncios de mañana se destacaría conformar una alianza que él encabezará junto a De la Sota.
No habría PASO con De la Sota y en cambio ambos integrarán la fórmula presidencial.
Por lo pronto ya les dejó en claro a empresarios y dirigentes que aún lo acompañan que es Macri quien no quiere vencer al kirchnerismo. Esta es idea que señalará hasta el hartazgo. De lo que sí está seguro, es de que no hay retorno al redil del oficialismo.
En el flamante bunker de Parque Patricios, donde están las nuevas oficinas del gobierno porteño, resistieron como nunca las presiones y sugerencias del “Círculo rojo”. “Mauricio tiene una forma de negociar distinta, que Sergio nunca entendió”, repiten los más cercanos.
Macri, reunido con su Gabinete y asesores, en las flamantes oficinas de la jefatura en Parque Patricios.
Sin embargo, la negativa de Macri a un acuerdo con Massa, más allá de las sugerencias y números que le acerca su asesor Jaime Dirán Barba, están basadas en la desconfianza: Macri está convencido que si hubiera aceptado la propuesta massista y así, juntos, se llevaran el triunfo en octubre, a partir del 11 de diciembre Massa trabajaría para armarle una liga de mandatarios provinciales para desafiar su poder presidencial.
El último contacto con Massa fue el miércoles pasado, por intermedio del armador del PRO, Emilio Monzó. “Dale Sergio, dejate de joder, llamá”, le dijo el armador. Nada sucedió. Esa misma noche, en la casa de Francisco De Narváez, Massa y Duran Barba se vieron las caras y el tigrense escuchó de boca del ecuatoriano que piensa Macri de él.
Macri con su asesor Jaime Durán Barba, y su secretario de Gobierno, Marcos Peña, que suena fuerte para vice.
El viernes Macri comenzó a señalar públicamente que Massa es “lo viejo”, por su paso por la jefatura de Gabinete nacional en 2008, y ratificó a María Eugenia Vidal, como candidata en la Provincia. Los radicales, dicen, se quedaron un poco preocupados.
A partir del miércoles, cuando Massa rompa el silencio, todo quedará más claro, y cerca del fin de semana Macri anunciaría a su vice.