En un contexto político marcado por tensiones y debates sobre la economía argentina que parece pender de un hilo, Mauricio Macri, expresidente de la Nación y líder del PRO, lanzó críticas hacia Javier Milei, referente de La Libertad Avanza, por su intención de llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las declaraciones de Macri no pasaron desapercibidas, especialmente considerando su propio historial con el organismo internacional durante su mandato presidencial.
En una reciente visita a ExpoAgro, Macri cuestionó las maniobras que la administración de Milei estaría evaluando para sellar un entendimiento con el FMI: "Demuestra la debilidad institucional en que estamos y no ayuda a generar confianza", sostuvo el exmandatario, quien además enfatizó la necesidad de alcanzar acuerdos con mayor transparencia y respaldo institucional. Sin embargo, estas palabras generan una inevitable contradicción, dado que fue precisamente durante su gestión que Argentina contrajo una deuda récord con el FMI por 44.000 millones de dólares.
El préstamo solicitado por el gobierno de Macri en 2018 fue presentado en su momento como una solución a los desequilibrios macroeconómicos que enfrentaba el país. Sin embargo, lejos de estabilizar la economía, el endeudamiento dejó un pesado legado financiero que aún condiciona las políticas económicas actuales. En este sentido, las críticas hacia Milei por buscar un nuevo acuerdo con el FMI parecen omitir el impacto que tuvo la decisión tomada por su propia administración.
Por su parte, Milei y su ministro de Economía Luis Caputo, defendió su postura argumentando que la renegociación con el Fondo es una herramienta necesaria para estabilizar las finanzas públicas y promover reformas estructurales. Sin embargo, su propuesta no ha estado exenta de controversias, especialmente debido a su retórica de rechazo al "estatismo" y su promesa de reducir la intervención estatal.
En otro tramo de sus declaraciones, Macri también se refirió a la necesidad de realizar obras públicas para mitigar los efectos del cambio climático, un tema que ha sido desestimado por Milei en varias oportunidades. "Cuando escucho que el cambio climático es un invento digo: 'Señores, cuidado'. Este problema vino para quedarse", afirmó el expresidente. Además, instó a priorizar proyectos hidráulicos que permitan prevenir inundaciones, subrayando la importancia de iniciativas que muchas veces no son visibles pero resultan fundamentales para el desarrollo sobre todo en el contexto de las trágicas inundaciones en Bahía Blanca.
Estas diferencias entre ambos líderes no solo reflejan visiones contrapuestas sobre aspectos clave de la gobernanza, sino que también evidencian las tensiones políticas entre sus respectivos espacios. Mientras el PRO y La Libertad Avanza buscan consolidar sus posiciones en un año electoral decisivo, los cruces discursivos complican cualquier posibilidad de acuerdos estratégicos en el corto plazo.
A medida que se acercan los comicios porteños, las diferencias entre ambos referentes se profundizan. El próximo 18 de mayo será clave para medir el impacto político de estas disputas en una Ciudad de Buenos Aires donde PRO y La Libertad Avanza compiten por captar votantes con perfiles similares.
La discusión sobre el FMI y la deuda externa es un recordatorio de las complejidades que enfrenta Argentina en su camino hacia la estabilidad económica. Más allá de las críticas mutuas, tanto Mauricio Macri como Javier Milei tienen una responsabilidad compartida: garantizar que sus propuestas no agraven aún más la situación financiera del país.