El presidente saliente, Alberto Fernández se siente preparado para terminar su mandato el 10 de diciembre y promete hacerlo de forma ordenada, tanto con las cuentas de la Nación como con su patrimonio personal, ya que, según explicó él no usó la presidencia para enriquecerse como otros mandatarios, sino que simplemente intentó gobernar en una situación difícil.
Como toda su gestión fue complicada, o al menos así lo define él, manifestó en una entrevista con "El Negro" González Oro en El Observador de Uruguay, que una persona muy allegada a su círculo íntimo le aconsejó: "Antes de reaccionar, cuente hasta diez para preservar todo esto" y que así lo hizo para intentar enfrentar todos los contratiempos que tuvo su gobierno. "Cada vez que me pasó algo conté hasta diez para que no entremos en otra frustración argentina. Ahora, creo que tenemos que abrir un debate interno de cómo queremos ser de aquí en adelante", indicó.
Con respecto a su relación con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, dijo que al final del mandato termina algo tensa, pero que es sostenible en el tiempo. Sin embargo, atacó a aquellos que decían que es "el peor presidente de la Argentina" y "un títere" y se defendió: "El Presidente no le debe obediencia a nadie. Escuchar, escucho, lo que pasa es que no siempre estoy de acuerdo", remarcó el primer mandatario y luego prosiguió: "Me decían títere y resulta que el títere es el único que termina enfrentado a Cristina Kirchner".
"(La relación) termina distante, porque no pensamos igual en muchas cosas; yo no soy de los que creen que el déficit fiscal no hace daño, el déficit fiscal hace mucho daño", ejemplificó Alberto con tono severo, al tiempo que remarcó: "(Cristina) fue escuchada, hacía declaraciones y además la escuchaba en privado. Lo que es verdad es que no la obedecía en todo lo que quería que la obedezca. Pero no era mi misión obedecerla y ella lo supo desde el primer día".
Alberto dijo además que termina su mandato con tranquilidad por varios motivos; el primero, es que no se enriqueció con la política, ya que su patrimonio es el mismo desde que comenzó -en una mención especial al caso Insaurralde, el cual calificó como "obsceno"- y segundo, porque durante su gobierno la inversión social que representa el PBI representa un 1,1%. "Nosotros estuvimos muy atentos a los sectores que habían quedado en el margen. A muchos los recuperamos en el empleo, a muchos los metimos en empleos registrados. Y por eso no ocurrió un estallido social", aseguró.
Además, resaltó que deja una Argentina de pie y lista para seguir caminando en la gestión de Javier Milei y deseó que no se achique el Estado o que se tire por la borda todo lo construido en este tiempo. "Hay una culpa empresaria que se debe poner sobre la mesa", sostuvo.
"Es difícil ser presidente, pero es lo que elegí también y es difícil en un país donde además permanentemente se siembran noticias falsas y se desalienta permanentemente a los argentinos (...) me faltó suerte porque el mundo se complotó en mi tiempo", se lamentó finalmente el mandatario saliente de la Casa Rosada y dijo: "Somos sobrevivientes de una pandemia que se llevó 15 millones de vida según la OMS y fue un tiempo muy horrible, fue espantoso gobernar y ver los televisores un contador de muertos", recordó con respecto a la pandemia del coronavirus en 2020.
Por último, Alberto Fernández recordó que es uno de los pocos presidentes en terminar un mandato sin tener conflicto de paritarias y vulnerar un derecho laboral, haciendo referencia a la intención del mandatario electo de La Libertad Avanza que pretende cortar algunos beneficios de los trabajadores.