Cuatro años antes del famoso tema “Menem lo hizo”, el siempre recordado spot con el que recordaba “hitos” de su gestión, Carlos Menem hizo una publicidad más austera, aunque a su vez más enfática. “Hizo más que nadie”, concluía. No había rima pegadiza ni música, pero la frase era mucho más fuerte. Ayer el ex presidente y actual senador riojano lo hizo de nuevo: por el paso de tiempo, la Justicia evitó condenarlo a prisión por una de las causas más oscuras de la política argentina, el tráfico de armas a Ecuador y Croacia que terminó con la explosión de la fábrica militar de Río Tercero.
No ocurre muy seguido, pero cuando pasa, es muy gráfico: el pasado se presenta de múltiples formas. Ayer, sin embargo, fue muy claro. La Justicia definió algo similar en dos causas completamente distintas pero con un punto en común: el paso del tiempo. Mientras Menem era absuelto por la Cámara de Casación Penal por considerar que no se habían cumplido los plazos “razonables”, el viudo de María Marta García Belsunce, Carlos Carrascosa, fue absuelto. A esa misma hora, Fernando De la Rúa, otro ex presidente que tuvo que desfilar por Tribunales (las coimas en el Senado y el tendal de muertes que dejó tras su renuncia en medio de una brutal represión en las calles) era internado por un infarto y sometido a una angioplastía.
El ex presidente fue absuelto ayer en un polémico fallo de la Cámara federal.
Curiosidades del mundo moderno: por la tarde compartían el podio de tendencia en las redes sociales Menem, Carrascosa, De la Rúa y La Faraona, un instagramer que despertó polémica por una serie de tuits.
Con el fallo que benefició a Menem, la máxima instancia judicial reconocía, sin decirlo, que la Justicia en general no logró estar a la altura de las circunstancias. A nadie se le podría ocurrir que en un cuarto de siglo no hubo tiempo para avanzar en una causa contra un ex presidente. El poder político operó durante los primeros años de la investigación. En el fallo de ayer, los jueces señalaron que desde sus inicios la investigación fue lenta, poco eficaz y “sin un claro norte tendiente a descubrir la verdad de lo acontecido”.
A unos kilómetros, en la ciudad de La Plata, la Corte Suprema bonaerense beneficiaba a Carlos Carrascosa, el viudo de María Marta García Belsunce, la mujer asesinada en el country Carmel en 2002. Casi dieciséis años después del crimen, no queda ningún detenido. Años atrás, el padrastro de García Belsunce, Constantino Hurtig, fue sobreseído en la causa por encubrimiento porque había pasado más tiempo del que se prevé como pena máxima para el delito de encubrimiento agravado, por el que estaba imputado.
Carlos Carrascosa, el viudo de García Belsunce.
Así, en la Justicia es muy amplio el historial de causas que llevan unos cuantos años y por las que aún no hay condena. Sin ir más lejos, a fines de agosto la Sala IV de la Cámara Federal porteña reabrió la causa IBM-Banco Nación, iniciada en 1994, luego de que se declararan “imprescriptibles” los delitos de corrupción. Se trata de una causa en la que se investiga el millonario pago de sobornos de la empresa norteamericana para quedarse con el negocio de la informatización de la ex DGI, un negocio de 120 millones de dólares.
Cierto aire de entusiasmo llegó ayer con la decisión de la Cámara Federal de Casación Penal, que ratificó las condenas a ex funcionarios y empresarios por la tragedia de Once. Entre los condenados hay dos ex secretarios de Transporte de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, Ricardo Jaime (ya detenido por otra causa) y Juan Pablo Schiavi, así como el empresario Claudio Cirigliano, a cargo de la empresa concesionaria del servicio, TBA, y el motorman del tren, Marcos Antonio Córdoba, el primero en entregarse esta mañana en Comodoro Py.
La Tragedia de Once ocurrió el 22 de febrero de 2012.
La investigación estuvo a cargo del juez Claudio Bonadio, que imputó y procesó a empresarios y funcionarios durante la presidencia de Cristina Kirchner. La primera condena llegó en diciembre de 2015. Esa primera causa dejó afuera al por entonces poderoso ministro de Planificación, Julio De Vido. Bonadio estaba convencido de que las pruebas contra él saldrían de un primer juicio. Eso ocurrió y De Vido está en el banquillo de los acusados desde hace un año en el juicio conocido como “Once II”, imputado por los delitos de fraude al Estado y estrago culposo. La semana que viene se conocerá el fallo del Tribunal Oral N° 4. Todo el proceso, con condenas incluidas, demoró menos de siete años. En estos tiempos, todo un record.
LA CAUSA ARMAS: MENEM LO HIZO
Tras el fallo de ayer, Menem puede respirar con cierta tranquilidad. La causa armas fue uno de los escándalos más grandes de la Presidencia de Carlos: el país contrabandeaba armamento militar a Croacia - en guerra con Serbia, y con un embargo de la ONU -, mientras que con Ecuador - en conflicto con Perú - se violaron tratados internacionales. Curiosidad: Argentina era garante de la paz entre ambos países y, a su vez, le vendía armas a uno de ellos.
Menem fue procesado meses atrás por la voladura de Río Tercero.
Los decretos firmados por el presidente Menem sobre la venta del armamento fueron secretos y también falsos, ya que nada decían ni de Ecuador ni de Croacia, sino que hablaban de la venta a Venezuela y Panamá. Curiosidad II: Panamá no tenía Ejército desde 1989. Siempre se habló de un total de 6.500 toneladas de armas y municiones que fueron traficadas a Croacia y Ecuador.
La novedad judicial conocida ayer, sin embargo, puede tener una trascendencia aún mayor en otro expediente que apunta al ex presidente de patillas: la voladura de la fábrica militar de Río Tercero, el 3 de noviembre de 1995. Aquella explosión dejó siete muertos, cientos de heridos y un pueblo arrasado para siempre. Curiosidad III: allí había pruebas clave para desenmarañar el caso de contrabando de armas a Ecuador y Croacia. Meses atrás, Menem volvió a ser procesado como responsable de la explosión, acusado por estrago doloso agravado por la muerte de personas. Ahora, hay quienes creen que si Menem fue absuelto por el tráfico de armas, podría caer la vinculación con la explosión de Río Tercero.
Curiosidad IIII: aquella tarde de noviembre, Menem recorrió Río Tercero y en una conferencia de prensa aseguró que “de acuerdo a la información recibida, en principio se trataría de un accidente”. Sin embargo, los sucesivos fallos determinaron que se trató de una explosión “intencional, programada y organizada”. Ya se sabe: la Justicia se toma su tiempo, Menem lo hizo.