05 Julio de 2019 12:55
La vicepresidenta Gabriela Michetti eliminó por decreto los canjes de pasajes de avión y terrestres por dinero en efectivo para los senadores, una costumbre que se extendió durante años y que meses atrás despertó una fuerte polémica luego de que se conociera el listado de los legisladores que habían sumado a sus sueldos una importante cantidad de plata.
La decisión de Michetti sorprendió a muchos legisladores dentro del Senado y provocó una gran molestia que saltó la grieta: fastidió a oficialistas y opositores por igual. La vicepresidenta y titular del Senado se amparó en una disposición del presidente de la Cámara de diputados, Emilio Monzó, para impedir que los legisladores concreten el canje de pasajes por dinero en efectivo.
La resolución afirma que es necesario adoptar un sistema que permita una “mejor asignación funcional de los recursos disponibles para ellos, a la vez que garantiza una mayor transparencia de los dineros públicos”. El año pasado el tema había provocado una gran polémica, ya que se conoció un informe que revelaba quiénes fueron los que más canjearon los viáticos por dinero. En la Cámara de diputados, encabezaba el ranking Elisa Carrió, que en 2017 canjeó pasajes por $355 mil.
La nueva normativa entrará en vigencia a partir del primero de julio y la nueva modalidad establece que los senadores podrán elegir entre las siguientes cuatro modalidades:
La asignación de doce (12) tramos aéreos innominados para su uso, ida y vuelta, dentro del territorio nacional, con validez mensual, no renovables y no canjeables, más la asignación de veinte (20) pasajes terrestres para su uso dentro del territorio nacional, con validez mensual, no renovables y no canjeables. La asignación de doce (12) tramos aéreos innominados para su uso, ida y vuelta, dentro del territorio nacional, con validez mensual, no renovables y no canjeables, más la percepción mensual de una suma fija no remunerativa en concepto de Movilidad de pesos diez mil ($10.000). La percepción mensual de la suma fija no remunerativa, en concepto de Movilidad de pesos veinte mil ($20.000), más la asignación de veinte (20) pasajes terrestres para su uso en el territorio nacional, con validez mensual, no renovables y no canjeables. La percepción mensual de una suma fija no remunerativa, en concepto de Movilidad de pesos treinta mil ($30.000).
Hasta ahora cada senador recibía 20 pasajes de avión y 20 de ómnibus por mes que podían usar para cualquier destino del país y no necesariamente eran para ellos: estaban autorizados a entregarlos a asesores, familiares o regalarlos. Pero además, podían hacer el canje por dinero en efectivo a fin de mes. Hasta hace pocos meses, la suma de cada pasaje era superior a los $4.400. En el caso de los pasajes en micro, el valor del canje era de $240. Por eso, un senador que cambiaba todos los pasajes por mes, podía llegar a recibir más de $92 mil por mes a su salario.
CUÁNTO SE PODRÍA AHORRAR
Suponiendo que los 72 senadores decidieran cambiar todos y cada uno de sus pasajes con el sistema actual, el desembolso mensual sería de unos $66 millones por mes. Como el sistema que dispuso Michetti prevé tres escalas (pasajes + $10.000; pasajes + $20.000 o pasajes +$30.000), si los 72 senadores eligieran la primera opción, el Estado debería desembolar $720 mil. Si todos eligieran la segunda opción, la cifra sería el doble, de $1.440.000 al mes. Y si todos eligieran la tercera, el número sería $2.216.000 al mes.Sólo en la Cámara de diputados, la modificación del sistema de entrega de pasajes y canje por dinero permitió en el segundo semestre de 2018 un ahorro de $48 millones. Pero el ahorro en el Senado no sería tan lineal, ya que hay senadores que no pidieron dinero, otros que suelen utilizar algunos pasajes y otros los canjean y nueve legisladores que canjearon todos sus pasajes por dinero en efectivo: Federico Pinedo, Gladys González, Juan Carlos Marino, Omar Perotti, José Uñac, Lucila Crexell, Marcelo Fuentes, Daniel Lovera y Carlos Reutemann.
Lo cierto es que la resolución no cayó para nada bien puertas adentro del Senado, donde no hubo distinción partidaria en el fastidio que despertó el decreto de Michetti.
