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Mientras refacciona Olivos, Macri pasará el fin de semana largo en Los Abrojos

La propiedad es un clásico de la familia Macri, que se convirtió en el lugar de descanso del presidente. Fútbol, relax, amigos y política. Desde el dron de BigBang, y como nadie lo mostró antes, el “lugar en el mundo” de líder de Cambiemos.

05 Febrero de 2016 11:03
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Cada vez que el presidente, Mauricio Macri, necesita descansar, piensa primero que nada en este lugar. Concurre allí desde hace 50 años y hoy es su casa mientras se terminan las refacciones en la Residencia de Olivos. 

“Los Abrojos” queda en Los Polvorines, a metros de Campo de Mayo y Ruta 8, partido de Malvinas Argentinas. Es un campo de 9 hectáreas con tres casonas, cancha de tenis, cancha de padel, dos de fútbol y mucho césped. Desde el living de la casa principal, los ventanales dan un reflejo del color preponderante en el lugar, que bien podría ser amarillo, a juzgar por su dueño. Pero no. En “Los Abrojos” reina el verde.

El “lugar el mundo” del candidato de Cambiemos.

Mauricio Macri disfruta de este paisaje paradisíaco en familia cada fin de semana y BigBang lo muestra desde el aire por primer vez. Refugio a prueba de política y rosca, en “Los Abrojos” se respira amistad y deportes. Es que la quinta familiar no se utiliza para otra cosa que no sea el relax. Aunque no son pocos los que creen que “todo” es  y sirve para la política. 

El lugar supo pertenecer a Franco Macri, quien aún conserva su propia casa dentro del terreno aunque no la visita con frecuencia. La otra casona perteneció a Sandra, la hermana del jefe de gobierno, quien falleció el año pasado. Estas dos construcciones son de ladrillo a la vista, similares a la arquitectura del complejo Manantiales de Punta del Este, donde el clan suele pasar las temporadas veraniegas.

La cancha de fútbol sobresale dentro de la propiedad.

Quienes lo conocen de cerca, no dudan: “Los Abrojos” es “el lugar en el mundo” de presidente. La casa habitada por Macri y su mujer se puede calificar como austera. Es de una sola planta y tiene cuatro habitaciones: una para cada uno de sus hijos. La pequeña Antonia tiene un cuarto para ella y sus juguetes. Quienes pasaron por alguno de los baños verificaron que una de las hijas de Macri tiene allí un set de cremas francesas. 

En el comedor había un jacuzzi, que Macri mandó a demoler por falta de uso 

La casa fue redecorada por Juliana Awada, quien optó por dotarla de unos sillones blancos y un espejo de agua. Su toque personal. En la antegalería hay una mesa de ping pong que, si bien desentona con el resto del lugar, es un buen esparcimiento para visitas. En ese sector de la casa hay una tevé LED que suele utilizarse para ver deportes... o los dibujitos de Antonia. Demás está aclarar que eso depende de quién mire. 

 

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domingo, 25 de octubre de 2015

Cada vez que visita “Los Abrojos”, Claudio -el histórico parrillero- lo espera con el asado a gusto del patrón. Él fue el encargado de preparar la carne que agasajó al por entonces cómico Miguel del Sel. Esa tarde de 2011 -entre achuras y ensaladas- el Midachi aceptó el ofrecimiento de comenzar una carrera política. La comitiva también llega acompañada de dos mucamas que ayudan en los quehaceres domésticos. 

En las paredes no hay fotos de su actividad política o empresarial. Los portarretratos son mayormente fotos con la pequeña Antonia

Una de las principales actividades que se desarrollaron en esa quinta son los partidos y campeonatos de fútbol. El césped no tiene nada que envidiarle a una cancha de Primera División, y se dice que el encargado de cuidarlo es el canchero de River. En esa cancha también practicaron equipos profesionales, como el Deportivo Morón dirigido por Blas Giunta.

Deportivo Morón, con su DT Blas Giunta, enfrentó a Midland en Los Abrojos. 

Hasta hace unos años, el propio Macri se paseaba por ese césped con la 10 de Boca en la espalda. Y tenía su propio equipo, que se llamaba Los Cardenales y contaba con ayuda de lujo: ex jugadores profesionales. Hoy ya no transita el verde césped con olfato goleador. Prefiere jugar al tenis y descansar. Y al verde de su “lugar en el mundo” sumarle más colores. El rosa de la Casa de gobierno, por ejemplo.