por Gonzalo Prado
23 Abril de 2021 11:24
En las últimas horas hubo varios cambios subterráneos en la relación entre la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad. La disputa por la presencialidad de las clases después de la suspensión de las mismas que estableció el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que firmó el presidente Alberto Fernández subió la tensión entre las tres jurisdicciones a los valores máximos desde que comenzó la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, la preocupación no es tanto por la suba de los casos, sino por la velocidad de aumento en las internaciones graves, medianas y leves que hicieron que, solamente en privado, empiecen a tenderse nuevos puentes.
El primer paso, tal y como contó BigBang, se dio sin que el Presidente y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hablaran entre sí. Ambos, junto a sus respectivos titulares de la cartera de Educación, Nicolás Trotta y Soledad Acuña, empezaron a trazar opciones alternativas para garantizar algún dejo de presencialidad ante la segunda ola de Covid-19.
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Sin admitirlo públicamente, ellos junto al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, acusaron el golpe de las críticas en la sociedad por la falta de consenso para resolver un problema clave. La educación, sobre todo en algunos lugares del país, es muy complicado que sea de forma virtual por problemas de conectividad e infraestructura que incluso remarcó el INDEC en su últimos informe (de mayo del año pasado) sobre la situación en la Argentina.
La ocupación de camas de terapia intensiva (UTI) en la Ciudad fue también una cuestión que hizo empezar a hacer que el jefe de Gobierno revea algunas posturas. Cerca de él no hablan de un escenario de preocupación, si de atención. Las camas Covid-19 en el sector público se encuentran en un 71% de ocupación mientras que en el sector privado está en el 85%. A eso se le suman las que se encuentran destinadas a pacientes no Covid-19, que principalmente llegan de cirugías programadas.
No por nada Rodríguez Larreta firmó un decreto en el que establece que por un mes se suspenden todas las intervenciones quirúrgicas no Covid-19. En los cálculos que tiene en sus manos, el jefe de Gobierno ya empieza a tener la certeza de que necesitará al menos dos semanas de restricciones para desgastar la ocupación de camas de terapia intensiva, pero además para avanzar con la vacunación de los grupos de riesgo.
Sobre ese punto hoy, el ministro de Salud, Fernán Quirós, blanqueó parte de la situación en la conferencia de prensa matutina en la que remarcó la baja de la mortalidad. La cifra de fallecidos es de 7757, lo que hace una letalidad para la Ciudad de Buenos Aires de 2,47%.
“La noticia positiva de ese número es que la letalidad desde agosto a esta parte ha descendido mes por mes. Antes estaba por arriba de 3. Esto es porque hay mucha gente vacunada, porque hemos cuidado mucho a los adultos mayores y porque el sistema de salud está mejor preparado. La letalidad de todas las franjas etáreas en la Ciudad tiene una menor letalidad y es un resultado importante”, manifestó.
“Esas 709.700 que nos dieron han sido utilizadas para vacunar a 604.800 con la primera dosis, lo que hace que hemos alcanzado el 47,45% de los grupos de riesgo de la Ciudad con al menos una dosis. Y con el mismo concepto ya hemos alcanzado el 18,98 con una dosis de la población general”, agregó.
¿Cuáles serán las medidas? Mayores restricciones a los comercios, sin actividades recreativas de ningún tipo, con mayores controles dentro de los comercios de cercanía, y otras más están dentro del abanico. Pero antes de cualquier tipo de anuncio, buscarán terminar de delinear un plan de asistencia a las Pymes.
En la provincia de Buenos Aires sostienen desde hace tiempo que se necesitan siete semanas de restricciones fuertes para completar la vacunación y la inmunización de las personas de riesgo. Esa será la disputa de los próximos días. Pero el aproach será diferente.
Rodríguez Larreta ya dio la orden en las últimas horas de buscar acordar directamente con el mandatario provincial. “Queda claro que es más simple hablar con Fernández porque termina siendo el que define lo que elige”, explican. Motivo por el cual el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, ya sigue de cerca la situación con su par de provincia, Carlos Bianco.
Es el propio Kicillof el que se encuentra intermediando para que la semana que viene, posiblemente el lunes, exista una foto en conjunto entre Fernández, Rodríguez Larreta y él. Pero, dicho sea de paso, esto no impedirá que se sigan tirando dardos cruzados públicamente. Los acuerdos serán para el adentro, pero no partidario, sino de gestión.
