Impresentable
14 Marzo de 2025 15:44
En una de esas jugadas maestras que solo un político puede ejecutar con la gracia de un equilibrista, Javier Milei decidió explicar por qué tardó seis días en visitar Bahía Blanca tras las devastadoras tormentas e inundaciones que afectaron a la ciudad. Su respuesta no solo fue una clase magistral de absurda retórica.
Durante su intervención en la ExpoAgro 2025, celebrada en San Nicolás, el mandatario aseguró que su demora fue una decisión estratégica para no "estorbar". "Una vez que se superó la situación de crisis y la situación más urgente, donde había que iniciar el camino a la reconstrucción, ese fue el momento en el que yo podía ir porque si lo hubiera hecho antes hubiera estado estorbando", afirmó.
El razonamiento detrás de esta estrategia fue aún más fascinante. Según Milei, su presencia habría implicado un costo altísimo en términos de tiempo y recursos: "Si yo voy el primer día, cada uno de los grupos se ponen a explicarme lo que tienen que hacer. Por lo tanto, esa tarea puede demandar por lo menos cinco horas y ahí cada minuto cuenta para salvar vidas humanas", explicó.
Pero la joya de la corona llegó cuando el libertario planteó que tuvo que elegir entre "la foto linda que le gusta a la política o salvar vidas". Y, por supuesto, él eligió salvar vidas. Porque si algo caracteriza a su gestión es su desprecio absoluto por las fotos y los gestos simbólicos con líderes mundiales de ultraderecha, por ejemplo.
Por si fuera poco, Milei aprovechó la ocasión para lanzar dardos en todas direcciones. En referencia al gobernador bonaerense Axel Kicillof, el mandatario criticó el supuesto "carancheo político" en situaciones de desgracia: "Mientras que algunos aprovechan las desgracias para carancheo político y berreta propio de los políticos que nos han empobrecido, de los ocho ministerios que tenemos, seis estuvieron trabajando de modo activo en ayudar a Bahía Blanca", remarcó. Todo un logro para un gobierno minimalista que se enorgullece de tener apenas ocho ministerios.
No contento con eso, también se jactó del superávit fiscal acumulado por su gestión, el cual permitió enviar 200 mil millones de pesos para asistir al municipio afectado. "De no haber existido hubiéramos tenido que recurrir a imprimir dinero licuándole el salario a todos los argentinos con inflación y aumentando la pobreza en el proceso", se auto-felicitó.
En plena ExpoAgro, Milei también aprovechó para recordar su cruzada contra las retenciones y el cepo cambiario. "Nosotros queremos eliminar el cepo y las retenciones para siempre y que el país pueda sostenerse sin saquear a su sector más productivo", afirmó con tono mesiánico. Y, como era de esperarse, no perdió la oportunidad de criticar al Estado: "Imaginemos cuánto más podría lograr (el sector agropecuario) sin un Estado que estorbe". La palabra "estorbo" parece ser su leitmotiv del año.
Por supuesto, no faltaron las críticas hacia aquellos que, según él, "siguen gastando en bolude***" como la Educación Sexual Integral o los famosos "penes de madera" (SIC). "Mientras muchos hablan, cacarean, y siguen gastando en bolude*** como en sobornar medios de comunicación con pauta oficial, nosotros ponemos los recursos donde la gente los necesita para resolver los problemas concretos", disparó. Todo esto mientras compartía escenario con Patricia Bullrich, envuelta en polémicas por la represión policial del 12 de marzo, y José Luis Espert, acusado de hacer campaña electoral en Bahía Blanca tras las inundaciones.
Mientras tanto, los vecinos afectados por las inundaciones en Bahía Blanca probablemente sigan preguntándose si seis días fueron suficientes para evitar el "estorbo" o simplemente una excusa más en el libro de jugadas políticas de Javier Milei. El presidente no quiso ocular su apoyo a la ministra Patricia Bullrich a quien le festejó la represión del 12 de marzo: "Los buenos son los de azul y los hijos de pu** son los que andan con trapos en la cara", manifestó sin tapujos haciendo hincapié en que aquellos ciudadanos no quieren perder sus "curros".
