El presidente de todos los argentinos Javier Milei envió un DNU que, de no ser rechazado por la comisión bicameral del Congreso, reformaría el Estado como nunca antes en los 40 años de democracia del país. Cualquier cristiano podría suponer que el principal referente político argentino no tiene tiempo para redes sociales. Sin embargo, el mismísimo Milei aparece todo el tiempo reposteando contenido inchequeable, pero también participando en encuestas de X (antes Twitter). Sí, encuestas.
Es que en la jornada del 3 de enero -al mismo tiempo en el que se estaba dando lugar a la medida cautelar presentada por la CGT para rechazar las reformas laborales planteadas en el DNU- Milei "se subió" a una encuesta que preguntaba qué arquero argentino no puede ser olvidado por la historia.
Con el país prendido fuego, el presidente opinó que Ubaldo "Pato" Fillol no podía faltar en la lista. Claro que la investidura presidencial causó sorpresa en los internautas que le preguntaron "¿Qué hacés acá?". Él mismo contestó que "solo pasaba a ver noticias en X". Parafraseando a Julio Cobos... "Que la historia lo juzgue".
El fingir demencia, sin embargo, no le puede durar mucho al libertario. Las batallas sindicales con las que se enfrenta serán poderosas de cara al 24 de enero donde la CGT, la CTA, organizaciones sociales y de la economía popular convocaron a un paro general tras el DNU y la "Ley Ómnibus", los dos inestables pilares donde se posa el gobierno de La Libertad Avanza. Es tal vez por eso que Milei dio una entrevista Radio Delta donde primero habló sobre uno de sus arqueros preferidos: "Mi reacción ante el "Pato" es que desde chiquito le tengo admiración, desde 1978 que lo sigo fielmente a él y a su carrera a pesar de ser de Boca".
Luego de otras referencias al fútbol, entró al tema que preocupa a medio país: qué hará Milei con el DNU tras la medida cautelar dictada por la Sala de Feria de la Cámara Nacional del Trabajo. Milei ya advirtió que igualmente enviará el DNU con las reformas laborales incluidas para que sea evaluado por la Comisión Bicameral. El presidente dijo con una justa referencia futbolera: "Los partidos tienen 90 minutos, no terminan hasta el pitazo final, estamos confiados en que todo va a salir adelante".
Además siguió con su discurso referido al gobierno de Alberto Fernández: "No hacer nada o seguir haciendo lo mismo iba a ser infinitamente peor". Y aclaró que no quiere "un país con 98% de pobres y la mitad de indigentes".
Milei tiene los ojos puestos en el futuro (lejano) de Argentina: "En los procesos de convergencia los dos tercios de la mejora ocurren en el primer tercio, lo ves en 15 años, la evidencia empírica existe" y contundente afirmó: "Lo único que hay que ponerse los pantalones largos y tomar la decisión de hacerlo".
Claro que también analizó el problema más fuerte del país que son los bajos salarios. Como un mesías, el libertario aseguró que el objetivo de su gobierno es: "Tener un ingreso per cápita diez veces más alto", dijo y añadió: "Ser de los países más ricos del mundo es un buen objetivo".
Muy en línea con su discurso, Milei terminó: "Nuestras reformas implicarían niveles de libertad económica que en un lapso de 45 años nos permitirían aspirar a multiplicar por diez veces nuestro PIB per cápita, alcanzando niveles similares a los de Irlanda".