A 47 años del inicio de la última dictadura cívico militar que azotó el país y lo sumergió en el terrorismo de estado, todavía hay dirigentes políticos que se supone que deberían ser democráticos y que defienden los métodos que los genocidas aplicaron para reprimir a los opositores, torturándolos, secuestrándolos y matándolos de distintas formas, tal como se comprobó en las cientas de causas judiciales donde se juzgaron a los genocidas y sus cómplices.
El liberal Javier Milei es uno de ellos. Y además de reconocerlo cuando niega los 30 mil desaparecidos y los robos de más de 400 bebés, se rodea de gente que también lo hace. El caso de Ricardo Bussi es el más emblemático. El hijo del dictador tucumano Antonio Domingo Bussi recientemente se hizo popular tras su spot donde defiende que los ciudadanos se armen contra la inseguridad. Aunque no es el único caso.
Estefanía Albasetti es su candidata a concejal por el municipio bonaerense de Quilmes. La mujer, madre de tres hijos y maestra primaria de oficio, es una negacionista reconocida y orgullosa, que defiende a los torturadores y violadores comprobados, y también a los dirigentes militares que sumergieron al país en el problema de la deuda externa, además de llevar a la Nación a una estrepitosa y evitable derrota en la Guerra de Malvinas.
"No fueron 30 mil. No fueron inocentes. Fueron asesinos y murieron en una guerra que ellos provocaron", escribió en su Facebook en la mañana de este 24 de marzo, intentando instalar la teoría de los dos demonios con la que los genocidas se defendieron, instalando que en realidad había secuestrado y torturado porque estaban en una guerra y eran dos bandos.
Hablar de que los detenidos desaparecidos fueron asesinos no se sostiene con ninguna fuente real. Cuando se juzgó a los militares fue por hechos comprobables denunciados por diferentes testigos, sin ninguna generalización por el hecho de ser parte de las Fuerzas Armadas. Decir que todos los desaparecidos asesinaron, amparándose en la lucha armada que algunas organizaciones dieron, es una mentira absoluta y evidente.
A su vez, esa supuesta guerra con las organizaciones armadas, se dio en gran parte en tiempos del gobierno democrático de Isabelita. No existe el libro de historia ni el testimonio que diga lo contrario: para marzo de 1976 la guerrilla estaba completamente derrotada y desarticulada en el país.
La negación de los 30 mil desaparecidos forma parte de otro debate que busca ampararse en el registro original que la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) hizo en los primeros años de democracia para la elaboración del informe conocido como Nunca Más.
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En el debate que se dio hace algunos años en La Nación +, entre el filósofo Martín Kohan y el ex funcionario macrista -y negacionista- Darío Lopérfido, se explicó muy coherentemente por qué se dice que son 30 mil desaparecidos."No estamos en la disputa de cifras bajo comprobación. Porque si el Estado reprimió de manera clandestina e ilegal, y los cuerpos los sustrajo y la información no la dio, la cifra abierta no es sólo que no sabemos, no es que inventamos 30 mil como se dice macabramente, es una denuncia en sí misma el hecho de no saber", argumentó Kohan en aquella oportunidad.
La provocadora declaración de Albasetti no es la única vez que ella sostuvo contra lo que define como "la mentira histórica más grande de nuestra República". Tras la derrota de la película Argentina, 1985 en la entrega de los premios Oscar, la candidata liberal celebró con un posteo que no haya "premio para la mentira".
"Me alegra que haya ganado el mensaje de respeto por las fuerzas armadas de una nación, el reconocimiento al esfuerzo de los héroes de guerra. Me alivia que la historia mal contada, aunque los actores sean excelentes, no tenga un reconocimiento", reconoció la también dirigente de La Julio Argentino (por Roca, el presidente durante el evento conocido como la conquista del desierto, donde se asesinó a decenas de miles de integrantes de los pueblos originarios).
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"Llevo años luchando contra la mentira histórica más grande de nuestra República, intentando que se deje de engañar a estudiantes de todos los niveles educativos con cifras, fechas y relatos llenos de falsedad y no voy a desistir", concluyó ese posteo donde, lejos de demostrar su nacionalismo, prefirió la victoria de una película alemana.La pregunta que se presenta inevitablemente tras este testimonio, que asegura que se educa mal y con información falsa a los alumnos, es con qué cifras y testimonios habría que hacerlo. ¿Acaso esta mujer sabe la realidad que los genocidas no contaron y que se llevan todos los días a la tumba? ¿Acaso sabe dónde están los bebés que faltan? De no hacerlo, no se entiende en qué documentos se ampara para sostener su mentira y la negación de los crímenes de lesa humanidad.
La comunidad educativa quilmeña tendrá que estar alerta ante la garantía de que Albasetti es una negacionista y una detractora del sistema democrático. Y Milei debería dar explicaciones a los vecinos de Quilmes y explicar por qué esta mujer es su candidata, o hacerse cargo de que comparte las cosas que dice.