Milei, sobre el encuentro que mantuvo con el Papa: "Es la persona más importante de toda la Argentina"

Visitar el Vaticano, pero sobre todas las cosas tener contacto con el papa Francisco, es una experiencia transformadora y eso lo evidenció Javier Milei que dejó atrás -al menos por unas horas- su cuenta personal de X (antes Twitter), la plataforma que usó durante los últimos días para propinar amenazas de muerte, calumnias e injurias para el sector del radicalismo que votó en contra la Ley de Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos (Ley Ómnibus).

Luego de una hora de charla cara a cara con el Sumo Pontífice, se vio a un Milei sonriente y calmado, con una expresión de gozo que nunca antes había mostrado. Tras la reunión a solas y con todo su arco político festejando que Francisco haya dejado atrás los atroces dichos del presidente, a Milei le quedó vía libre para expresar cómo fue el encuentro. 

Claro que, en sus palabras fue mucho más moderado, tal vez por dos razones: la primera es que necesita del apoyo católico en Argentina para cambiar su imagen de "dictador oscuro" y otra de las razones es tal vez porque no se sintió envalentonado con los periodistas con los que ya está acostumbrado a derrapar. 

Las declaraciones las hizo en el canal italiano TV Retequattro, donde al referirse a la actuación del Estado, siguió usando terminología criminalística: "Soy el primer liberal libertario en ser Presidente, y no es un sentimiento, es una realidad, un hecho. Filosóficamente soy un anarcocapitalista y por tanto siento un profundo desprecio por el Estado". 

Y agregó, siguiendo el curso "normal" de sus declaraciones: "El Estado es una asociación criminal porque un conjunto de políticos se ponen de acuerdo y utilizan el monopolio de la violencia para robarle al sector privado".

El jefe de estado argentino hablaba pausadamente mientras en las imágenes que lo acompañaban se veía algo totalmente diferente: Milei con gesto agresivo y agarrando una motosierra; foto donde todavía estaba en campaña. 

Fuera de ese detalle, Milei informó con palabras certeras, qué intentó hacer con la ley Ómnibus que volvió a comisiones para volver a discutirse desde cero: "Una de las cosas que hemos hecho en estos cincuenta días fue iniciar y poner en marcha reformas estructurales" y, como si nadie se hubiera puesto en contra de ese megaproyecto de ley, dijo: "De esas reformas, 350 se consideraron urgentes y 650 se incluyeron en una ley, es decir, la Ley 'Bases'".

Milei "fingió demencia" y advirtió serenamente: "Es interesante, porque el eje central tiene que ver con devolver el poder y la libertad a los argentinos. Y luego hay un segundo punto: avanzar hacia estructuras de mercado más competitivas". 

Siguiendo con su línea reduccionista del Estado, el presidente consideró que sostenerlo, es sostener a "ladrones": "Lo hacen a través de la inversión, el comercio y el robo, por lo tanto el Estado es también el ladrón estacionario más grande del mundo. El Estado te roba a través de impuestos todos los días. El Estado tiene el poder de detener a la gente, pero los políticos no se ven afectados ni ven los poderes en juego", dijo.

Severamente, el presidente argentino señaló: "Por eso me di cuenta de que la única forma que había para entrar al sistema era dinamitarlo". De esta manera, el mandatario sostuvo el mismo discurso que tuvo en Davos que hizo que muchos socialistas pusieran el grito en el cielo.  Sin pelos en la lengua, dijo: "El socialismo puro fue derrotado por la teoría económica".

No conforme con eso, el nivel de violencia verbal escaló sin precedentes: "Pensé que era un problema de naturaleza mental, pero me di cuenta de que era algo mucho peor", dijo y agregó: "Cuando se aplicó bien, asesinó a más de 6 millones de seres humanos".

¿A qué Milei le creen los argentinos?

¿Al que dice que el papa "es el representante del Maligno en la Tierra" o al actual, que definió al Sumo Pontífice como: "La persona más importante de toda la Argentina"?Quedará en cada uno. Lo cierto es que después de la reunión entre ambos, Milei contó para la televisión italiana: "Reconsideré algunas posiciones y, a partir de ese momento, comenzamos a construir un vínculo positivo". 

Y tuvo una ola de ternura para el país que gobierna: "Especialmente en un país como la Argentina, que tiene muchas raíces católicas". Sobre su confusa construcción religiosa, Milei advirtió: "Soy católico y también practico un poco el judaísmo". Y también contó algunas infidencias sobre su genética: "Soy 75% italiano, porque los dos padres de mi padre eran italianos y por parte de mi madre eran de origen italiano y yugoslavo. Parece que es bastante atractivo, porque tengo una pasión increíble por la ópera italiana. Siempre que pude, por motivos de trabajo en el sector privado, hacer un viaje a Europa, lo hacía con Alitalia (ahora ITA Airways) porque podía parar en Roma".