El 1° de septiembre de 2022 quedará en la memoria de los argentinos marcada a fuego: intentaron asesinar a Cristina Fernández de Kirchner en medio de las autoconvocadas “vigilias” de militantes en la esquina de Juncal y Uruguay (Recoleta), el domicilio de la actual Vicepresidenta de la Nación.
Desde ese día a esta parte hay un pequeño puñado de detenidos por la causa entre los que están Fernando Sabag Montiel que gatilló dos veces en la cara de Cristina sin éxito y su pareja Brenda Uriarte, ambos de la organización Revolución Federal que antes del atentado tuvieron discursos de odio contra la vicepresidenta y conexiones muy cercanas con la familia Caputo que está siendo investigada por esa causa.
Hay una pieza clave, a la que se nombra como “pista Milman”. Se refiere al diputado nacional de Juntos por el Cambio Gerardo Milman que pudo haber estado implicado en la causa de intento de magnicidio.
Lo que los abogados querellantes de la causa Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira pidieron es que se investigue a fondo el celular personal del funcionario con la expectativa de encontrar información relevante a la causa: “Corresponde secuestrar inmediatamente todos los dispositivos electrónicos en poder del diputado”, expresaron.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti ordenó que se secuestre ese móvil y lo que pasó fue imprevisible: el Diputado presentó como medio de prueba un celular que, según informaron los abogados querellantes, acababa de adquirir y no era el mismo que usó en el período de tiempo del atentado.
“Entre esos dispositivos debería haber, al menos, dos celulares que Milman sí tenía activos al momento del atentado y en los meses anteriores y posteriores”, explicaron los letrados y continuaron: “Sólo aparecía como vinculado con la línea de Milman a partir del 18 de noviembre de 2022" fecha posterior a la del atentado ocurrido el 1° de septiembre de ese año”.
Hay un dato que también llama poderosamente la atención de la querella de Fernández de Kirchner: “Esta fecha, además, es coincidente con el momento en que (su secretaria) Ivana Bohdziewicz situó (en declaración testimonial ante la justicia) la maniobra de ocultamiento de información de Milman y su perito”. Y hay más: “Marcamos, además, que el dispositivo entregado por Milman es de un modelo que salió a la venta con posterioridad al atentado (iPhone 14 Pro Max) y que no puede ser abierto con la tecnología disponible actualmente, sin que se conozca la clave (que Milman no aportó)”.
La jueza Capuchetti mandó abrir el teléfono de Milman: “Habrá de ordenarse la extracción de la información y comunicaciones contenidas en el interior del teléfono celular marca Apple, modelo IPhone A2890, apagado sin inscripciones, color negro, en buen estado de conservación”.
En el mismo informe se puede leer: “Conforme los lineamientos trazados por el Superior, la extracción ´deberá limitarse a un acotado y prudente lapso temporal - abarcado desde el 01/07/22 al 10/05/23- y enmarcarse estrictamente al análisis del contenido relevante en torno a los hechos ventilados en la presente causa, debiendo preservarse toda aquella información que no guarde estricta relación con el caso´”.
La pista Milman no parece llevar a ningún lugar... según los abogado querellantes podría no haber información relevante por la fecha de activación del celular. Sin embargo, para el avance de la causa este paso es importantísimo.
Qué papel juega Milman en el intento de femimagnicidio
Al parecer jugó un papel muy importante. La pista llegó a la jueza Capuchetti el 23 de septiembre del año 2022 a través del relato de Jorge Abello (asesor del Frente de Todos en la Cámara de Diputados) que aseguró haber escuchado una frase bastante desafortunada al Diputado.
Según Abello que se encontraba en ese momento en el bar Casablanca, Milman dijo: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”. Esto se lo comentó a Marcos Cleri (Frente de Todos): “Marcos, ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba (Gerardo) Milman con dos pibas y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa y se mataban de risa”.
El funcionario no actuaba solo; como cómplices estaban dos de sus asistentas Carolina Gómez Mónaco y Bohdziewicz que, al momento de declarar negaron bajo juramento que esa frase no había salido de la boca de su jefe político.
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En su declaración Bohdziewicz dijo: “No, a Casablanca no voy nunca. Quizás fui algún día a buscar un tostado. Las únicas veces que fui a Casablanca fue aproximadamente en marzo. He ido alguna vez, pero el 30 de agosto no fui. No, en días cercanos al atentado, no recuerdo haber estado en ese lugar” y completó: “No, nunca escuché que diga eso. Sólo habló de un viaje a la costa, concretamente a Pinamar. En esa reunión no hablamos de nada que no estuviera vinculado al viaje”.
Milman ni lerdo ni perezoso ordenó a sus asesoras: “Chicas, borren todo lo del chat, mis fotos y demás”. Y las chicas hicieron lo propio, confeso por la mismísima Bohdziewicz: “Me comenta que Milman le dijo que había hablado con Patricia (Bullrich) y que nos iba a poner un perito para ver la información que tenían los celulares porque era probable que se filtrara nuestra información. No para borrar algo puntualmente. De ahí nos fuimos a Av. De Mayo 953, 3er. Piso, oficina Patricia Bullrich, si no me equivoco, llegamos ahí, no había nadie, solo estaba Milman con el perito”.